Y
cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó
fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos, Mt. 8:16. Jesús se dedicaba
a predicar el Reino de los cielos, pero a veces tenía que enfrentarse con
personas que estaban endemoniadas, a las cuales liberaba. Es curioso, pero el
pasaje dice que a muchos endemoniados los liberaba haciendo uso de “la palabra”.
Únicamente con la palabra de Dios puedes ayudar a un endemoniado a ser libre
del dominio de las tinieblas. Claro que hoy existen toda suerte de “exorcistas”,
que hacen uso de crucifijos, de estampitas, invocando a los santos, vírgenes;
otros hacen uso de extraños rituales haciendo uso de animales, plantas y qué se
yo cuántas cosas que sólo Dios sabe si tienen o no efecto, a mí me parece que
no. ¿Acaso la palabra poderosa de Dios no es suficiente para liberar a los
endemoniados? Hay que entender también, por otro lado, que el diablo conoce la
palabra, sólo que la usa para sus nefandos objetivos. Cuando Jesús fue tentado
en el desierto por el diablo, éste hizo uso de la palabra para “confundirlo” , pero nuestro Salvador bien pudo evadir con sabiduría haciendo uso de la palabra todas las macabras
intenciones del dios de este siglo. Entonces, no sólo porque uso la palabra de
Dios estaré liberando a un endemoniado, sino también cuenta mucho el corazón y
la vida espiritual de quien hace uso de ella, porque la palabra de Dios en la
boca del diablo no tiene efecto benéfico, pero en la boca de un santo
consagrado tiene poder. Y si Dios te ha de usar para ser un instrumento
poderoso en sus manos debes asegurarte de que tu vida esté en consonancia con
su palabra, de que estés andando en su voluntad y que estés siendo fiel a Él;
cada día librándote de las contaminaciones del mundo siendo santo porque
nuestro Dios es santo. Y claro el creyente sabe que día a día lidiamos contra
el enemigo. El apóstol Pablo dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes”, Ef. 6:12, esto quiere decir que como creyentes que somos
estaremos en permanente lucha contra el enemigo, pero tenemos la ayuda de Dios
y su poderosa palabra para defendernos, y si el caso se presenta, también seremos
usados para liberar a alguien que está atormentado por el maligno. ¿Se requiere
de rituales y supercherías para liberar a alguien? No, es suficiente la palabra
de Dios. Búscalo.
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