No
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mt. 7:21. En estos
tiempos de tanto emocionalismo religioso, de surgimiento de tantos grupos
cristianos, de supuestos avivamientos que llevan a la gente a acudir a grandes
concentraciones en estadios, coliseos; asimismo el surgimiento de inmensas
construcciones de templos con capacidad para miles de personas. Hoy se habla de
mega iglesias y se piensa que el cristianismo está avanzando en forma galopante
porque es algo profético. Jesús dijo que “… será predicado este evangelio del
reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá
el fin”, Mt. 24:14. Y es cierto, no se puede negar que ahora más que antes hay
un despertar en escuchar la palabra de Dios; como nunca el evangelio está
penetrando en todos los estratos sociales. La gente tiene interés de conocer a
Dios, aunque lamentablemente muchas sectas lo dan a conocer de forma
equivocada. En esta era pos moderna el hombre no necesariamente anda en busca
de respuestas racionales, está más abierto a la influencia del mundo espiritual
y sobrenatural. Y claro, estas son oportunidades para seguir anunciando el
evangelio de Jesucristo y para dar a conocer al Dios verdadero. Sin embargo,
existe otro problema, a veces muchos se quedan en conocer a Dios y nada más; si
hemos leído atentamente el texto Jesús
dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”, esto
significa que el conocimiento verdadero de Dios no consiste sólo en acudir a
las grandes concentraciones de estadios, auditorios, ni ser parte de una mega
iglesia, consiste principalmente en “hacer su voluntad”. Y aquí es donde hay
falencias en la vida de muchos creyentes, ¿servirá de algo que grites a los
cuatro vientos que eres creyente si no haces su voluntad? No lo creo, es
importante que estemos seguros de hacerla, de obedecer sus mandatos, de
sujetarnos a la doctrina de Cristo y de ser fieles hasta la muerte. Que
mantengas tu comunión con Él, aunque veas que todo sale mal, aunque parezca que
estás abandonado, probado y afligido y
demás circunstancias adversas; y aun con todo esto tú sigas siendo fiel a Él y
te goces en su Presencia. El Señor le dice a la iglesia de Esmirna: “No temas en
nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en
la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé
fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”, Ap. 2:8. Es fácil
ser cristiano en un concierto, en un auditorio donde todo el mundo grita y se
tira al suelo y se deleita de la adrenalina del momento, pero ¿qué de mostrar
tu firmeza cuando las papas queman? ¿Qué de hacer su voluntad aunque probablemente
no te agrade? El verdadero siervo de Dios estará donde Él le ha puesto y le
servirá y estará dispuesto a dar su vida por Él. ¿Me pregunto si esa generación
de hombres valientes y mártires existen ahora? Espero que sí, por eso debemos preocuparnos por ser
hacedores de su voluntad porque los que no la hagan como dice la Escritura “no
entrarán en el reino de los cielos”. El verdadero creyente convertido entiende
este lenguaje y estará dispuesto a acatar su voluntad, y si tú lo eres no
tendrás ningún inconveniente en aceptarla; una voluntad que como dice el
apóstol Pablo “es agradable y perfecta”, Ro. 12:2. Búscalo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Los santos hombres de Dios no están enclaustrados en monasterios, lejos del contacto de la gente. Están en las calles, están viendo las n...
-
La congregación evangélica Oasis, en Costa Rica, inaugurará este próximo domingo el auditorio bajo techo más grande del país, con...
-
Este miércoles 20 de noviembre, la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso de la República aprobó el proyecto de ley que ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario