sábado, 14 de enero de 2017

HAGAMOS LA DIFERENCIA




"Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo." Isaias 41:13. En un mundo lleno de ansiedad y angustia, en una sociedad donde existen personas que se deprimen y se enferman mentalmente surge el mensaje de ánimo y aliento de la palabra de Dios. Lamentablemente hay personas que no quieren acercarse a Dios, prefieren escoger el camino equivocado y lleno de espinas y sinsabores en donde al final de él sólo encuentran la desventura. En realidad, no hay final feliz para aquel que no ama a Dios, dice el profeta: “No hay paz para los malos, dijo Jehová”, Is. 48:22. Esto explica porque hay tanta desgracia, tanta infelicidad, tanto dolor y sufrimiento, tanta muerte. Hablando en el contexto de la sociedad peruana, estamos cansados de oír y ver por los medios de comunicación masiva la criminalidad, la delincuencia que andan galopando sin que se nadie haga nada para frenarla. Creo que para combatirla no se requieren sólo de leyes más rigurosas y castigos ejemplares, en realidad se requiere mucho más que eso, esta nuestra sociedad necesita a Dios. Quizá muchos digan: “pero eso ya se sabe”, no me refiero a esto, me refiero al hecho de que de nada sirve que digas que crees en Dios si no estás dispuesto a obedecerle. Vivimos en una sociedad en donde hay hogares “paganizados” por la cultura del entretenimiento, existen hogares donde los padres dan mal ejemplo a sus hijos, existen hogares en donde los padres tienen aventuras extramatrimoniales, existen hogares en donde los padres son adictos y alcohólicos; existen hogares disfuncionales en donde los niños crecen sin un padre y una madre, y en todos ellos no aman a Dios y tienen una fe nominal. ¿Y luego nos preguntamos por qué existe tanta criminalidad en nuestro país? O somos ingenuos, o somos ciegos, en realidad no debemos echarle la culpa a la sociedad violenta ni al gobierno, ni al sistema, ni a la economía neo liberal ni a nadie. Los únicos responsables de que estemos como estamos somos nosotros mismos, nuestra falta de temor de Dios y nuestra poca disposición a buscarlo se traducen en todos los desmanes que vemos a diario. Sin embargo, Dios te dice que no temas y que Él te ayuda, lo hará siempre y cuando lo busques de corazón, le entregues tu vida, le rindas todo tu ser y te dispongas a reverenciarlo en todo lo que hagas; que le enseñes a tus hijos a temerle y te preocupes de que así sea día a día. Que puedas instruir a tu familia en el temor de Dios, que seas fiel a tu cónyuge, que te libres de vicios, que te dediques a ser más comunicativo con ellos y seas un hombre probo y honesto en tus negocios y ames a tu prójimo. Ponte a pensar ¿qué sería del Perú si todos fuéramos así? ¿Acaso Dios no quiere bendecirnos? ¿Acaso no quiere ayudarnos? Sí, lo quiere hacer, el asunto es si tú quieres que lo haga en tu vida, Él busca gente comprometida, si estás dispuesto a serlo verás la diferencia, caso contrario veremos más de lo mismo. Búscalo.

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