Decid
a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene
con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará, Is. 35:4. ¿Te
sientes temeroso? ¿Te sientes sin fuerzas para avanzar? Bien es probable que
experimentes algo de esto en tu vida espiritual, lo que no significa que no
tengas a Dios. Sí, hay quienes luchan por avanzar y suelen desanimarse con
facilidad y desean dar marcha atrás. El profeta Isaías sabía que había de esto
en su pueblo, claro que en ese tiempo existía también la apostasía: los
creyentes veían cómo muchos en su nación estaban abandonando su fe y se sumían
en el escepticismo o en la idolatría pagana. Esto desalentaba a los que creían
en Dios y seguramente también se sentían impelidos a dejar de creer. Sabes, en
la actualidad el mal ejemplo de algunos creyentes, lo que llamamos “el mal
testimonio” hace que otros se desanimen de ir a la iglesia, y se vuelven
débiles, o la abandonan totalmente para rendirse otra vez a la influencia del
mundo porque alguien fue de tropiezo para ellos. El apóstol Pablo dice: “… sino
más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano”, Ro. 14:13,
esto implica que como creyente no debo hacer que ningún hermano se desanime de
creer en Dios por alguna falta mía, por el contrario, si veo a alguien así,
como dice Isaías “de corazón apocado”, pues debo alentarlo, decirle que se
esfuerce, que busque los recursos del cielo y no se amilane. Es cierto, también
los creyentes al ver la maldad del mundo, la crueldad de la gente, la
injusticia y la corrupción que parece que avanzan en forma galopante sin que
nadie haga nada al respecto, se desaniman y cuestionan sobre Dios y se
preguntan: ¿Dónde está Dios? ¿Por qué no soluciona estos problemas? Y muchas
preguntas más; si ves todo esto y sientes que te desanimas a seguir con Dios
ten conciencia que el Señor te llama a fortalecerte en Él, en el poder de su
fuerza. Dios te puede ayudar a librarte del temor enseñándote a amar, dice la
biblia: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”,
1 Jn. 4:18; y si Dios te enseña a amar no creo que tengas que temer al mal porque
Dios te enseñará a ver las cosas desde la perspectiva suya, pues Él ama al
mundo y lo soporta. El amor a Dios y al prójimo te llevará a una actitud de
compasión y comprensión de la naturaleza humana caída y entender que la gente
que procede haciendo el mal es porque no conoce al Dios verdadero. Si tú lo
conoces entonces sabes que Él mismo se encargará de dar retribución a los
hombres pecadores, y no te desalentarías fácilmente, porque la justicia divina
se encargará de hacer que el justo prevalezca por encima del injusto. Dios hizo
la promesa de que nos salvará, y dio a su Hijo Jesucristo para hacerlo, debes
creer en Él y recibirlo en tu corazón para ser salvo; Él te dará los recursos
del cielo para poder siempre hallar en las fuentes divinas el aliento y la
fortaleza que tu corazón requiere, porque Él así lo prometió. Así que ánimo,
hay un fin de bendición para aquél que cree. Búscalo.
miércoles, 21 de diciembre de 2016
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