¡AY DE VOSOTROS ESCRIBAS Y FARISEOS!

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio, Mt. 23:25-26. Jesús conocía el corazón de los religiosos de su tiempo y un grave problema que veía en ellos era la hipocresía, muy común en aquel que vive divorciado de Dios, pero quiere aparentar que sigue siendo espiritual. Esta es una situación que puede también presentarse en la vida de todos los creyentes que amamos a Dios, es por eso que cada día debemos examinarnos delante de El, porque si no lo hacemos corremos el riesgo de caer en la actitud farisaica. Estos religiosos juzgaban actitudes de los demás, algo que no me parece que está mal si lo hacemos dentro de los patrones bíblicos, pero lo malo de ellos era que veían defectos en otros, los criticaban, se comparaban con ellos y claro ellos se veían superiores a todos. Los creyentes que tienen tiempo en la fe y que cambiaron la vida espiritual por una fría religiosidad juzgarán a los demás porque no se adaptan a sus categorías espirituales, que no siempre son bíblicas, y no sólo juzgarán sino hasta sentenciarán. Jesús, sabía que no podía hacer nada por cambiar las tradiciones en que estaban ellos atrapados, es por eso que les sugiere que vean "dentro del vaso y del plato" y lo limpien; en otras palabras vayan al lugar de donde se origino todo su caos espiritual que siempre será el corazón, pues cuando éste anda mal adoptaremos toda suerte de creencias y tradiciones extrañas que pueden ser buenas, pero que lamentablemente no encajan con la voluntad de Dios. ¿Cuántas veces podemos desviarnos de los propósitos de Dios? Siempre, es por eso que siempre debemos mirar dentro del plato y del vaso y limpiarlo, y no descuides esto si no quieres caer en la actitud farisaica, oscura e hipócrita de creerte mejor que otros cuando en realidad no es así. Búscalo.