viernes, 22 de enero de 2016

¿TE CUESTA SER NUEVA CRIATURA?



De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Co. 5:17
Es cierto, cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón la biblia dice que somos “nuevas criaturas”. Entiendo que a partir de entonces debo llevar una vida diferente de la que llevaba antes, debo adoptar una conducta acorde a la voluntad de Dios y ser fiel cada día a Él. Pienso que aquel que ha experimentado el nuevo nacimiento no se siente obligado a ser fiel a Dios, lo desea con todo el corazón, anhela caminar con Él y quiere estar continuamente en su Presencia. Es difícil que la gente entienda esto si es que no ha vuelto a nacer espiritualmente. Es por eso que a muchos que desean conocer más a Dios porque están apasionados por Él, algunos los llamen “fanáticos”, “perfectos”, “santurrones”, entre otros apelativos buenos y malos. No se trata de esto, así como a mucha gente le apasiona la música, el cine, los libros, el trabajo, la diversión, la playa, el internet, el play station, etc, los creyentes viven apasionados de su Salvador y viven enamorados de Él; desean agradarle en todo y se consideran nuevas criaturas porque lo aman y quieren honrarlo en todo. Pero existe el otro lado de la moneda, hay quienes se dicen ser creyentes, pero les cuesta ser “nuevas criaturas”, les cuesta obedecer a Dios, servirle, ser fieles; son atormentados constantemente por los dardos de fuego del maligno, son tentados y caen a cada rato, algunos tienen la conciencia culpable y esa culpabilidad se hace crónica, no cambian, y parece que no ponen empeño en hacerlo, y creo que hasta no les interesa hacerlo. Están más afanados en las cosas terrenas, y practican el pecado como si nada y no existe nada que les remuerda el corazón, pero van a la iglesia, cargan su biblia, cantan y hasta sirven en algún ministerio, pero ¡les cuesta ser nuevas criaturas! Creo que la vida cristiana no debe ser un martirio, lo es para el que no volvió a nacer pero aquél que experimentó un encuentro personal con Cristo dice como diría Saulo de Tarso: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hch. 9:6), es decir, está dispuesto a obedecer. Efectivamente, no tienes que pensar que tu vida cristiana debe ser un suplicio, es más que esto, es vida, gozo y paz en el poder del Espíritu Santo. Si te llaman por tener todo esto, “cucufato”, “santurrón, “fanático”, que importa, estás enamorado de Dios, vives tu primer amor y esto es lo que vale, que los demás vivan en la apatía de la vida encerrados en el tormento de sus pecados, presos de la depresión por la vida vacía que tienen por no acercarse a Dios. El hombre sin Dios termina mal, pues la biblia dice que “no hay paz para los malos” (Is. 48:22). Tú sigue a Cristo, no es que no deseemos que los demás no tengan lo que tú tienes, pero ¿qué podemos hacer si no lo desean tampoco? Tú no sigues a los hombres, sigues al Señor de Señores y Rey de Reyes y Él nunca te defraudará. Insiste en ser una nueva criatura, sé fiel a tu Dios y Él te honrará, porque como dice el Señor: “yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”, (1 S. 2:30).

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AL FINAL DIOS SALDRÁ VICTORIOSO