miércoles, 6 de enero de 2016

DECIDE QUE TU PASADO DEJE DE SER UN TORMENTO



Hay personas que viven atormentándose de su pasado cuando deberían renunciar a él. El no hacerlo sólo nos traerá más problemas y Dios quiere ayudarte a evitarlos. Si Él desea perdonarte pues acepta su perdón y su gracia rehabilitadora y aprende a perdonarte a ti mismo. Dios te quiere dar la felicidad, y ésta consistirá en que tú mismo decidas sacar ese lastre de dolor que arrastras por años y darte una nueva oportunidad.
Se dice que el pasado es el tiempo inmediatamente anterior al tiempo presente.
Hay recuerdos que martillan en nuestra mente y que el día de hoy nos impiden dormir, o simplemente nos hacen sentir mal. Esto nos pasa a todos y nos sume en la impotencia. No es imposible olvidar el pasado como muchos dicen. Simplemente nuestros cerebros se encargan de almacenar todos nuestros recuerdos de manera que incrementemos nuestra inteligencia, y nuestra reacción ante ciertas eventualidades de manera que esto nos pueda ser útil en algún futuro en donde aprender la lección pueda incluso salvarnos la vida.
Hay gente que quiere olvidar un engaño amoroso, o una relación sentimental destructiva, una experiencia negativa o impactante, un fracaso o falla importante. Lo que debemos hacer para olvidar el pasado, es aceptar que indefectiblemente lo que has hecho ya no se puede arreglar. Probablemente en el pasado estuvo en tus manos completamente poder cambiar las situaciones con sólo un cambio de parecer o una decisión ligeramente distinta que se hubiese tomado, pero no se pudo.
Toma entonces la valerosa decisión ahora mismo, de aceptar que eso que te molesta o te afecta realmente, pudo haber sido decisión tuya, y que no puedes hacer nada para cambiarlo. Pero lo que sí puedes hacer es cambiar el presente y con ello tu futuro.
Vemos el caso de Ana, la mujer de Elcana. Ella vivía atormentándose por ser estéril y aunque ella no decidió ser así, le quebrantaba el corazón no poder ser diferente, dice 1 S. 1:8: Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
Ana pudo aceptar su situación, pero ella contaba con su fe en Dios. Ella se aferraba a Dios constantemente porque sabía que el único que podía cambiar su lamentable estado era Él, y le hizo un voto, 1 S. 1:11: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
Un hombre que se resignó a vivir frustrado por haber cometido un error fue Moisés, pensó que podía hacer algo por su pueblo esclavizado, mató a un egipcio y al descubrirse este crimen, tuvo que huir. Se internó en el desierto donde vivió 40 años. A la edad de 80 años Dios lo llamó, pero Moisés se sentía temeroso de regresar a la tierra que le trajo malos recuerdos, incluso sus facultades oratorias le fallaban, Ex. 4:10: Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
Pero así anciano y limitado en sus capacidades físicas, aceptó el desafío de ir a liberar al pueblo de Israel porque se apoyó en Dios, cobrando valor, He. 11:27: Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
Jesús cambió el pasado cruel y despiadado de mucha gente que vivía relegada y marginada por la sociedad de su tiempo:
·        Los publicanos y rameras: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios, Mt. 21:31.
·        Enfermos: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio, Mt. 11:5.
·        Endemoniados: Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él, Lc. 8:38-39.
No dejes que tu pasado te esclavice, ríndele tu vida a Cristo que Él se encargará de arreglarla, 2 Co. 5:17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Estamos acostumbraos a ver el dolor, la enfermedad, y la muerte. Estas cosas dejan heridas profundas en los seres humanos, pero la biblia dice que en el nuevo orden que Dios establecerá cielos nuevos y tierra nueva, estas cosas serán parte del pasado, Ap. 21:4-5: Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

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