“Mas el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. (1 Timoteo 4:1)
Vivimos tiempos donde el rechazo a la Palabra de Dios ya no se disimula. Lo que antes se hacía en secreto, hoy se promueve abiertamente. Grupos y movimientos que se oponen a Cristo no solo niegan su existencia, sino que buscan destruir todo vestigio de Su verdad, simbolizado en el intento de eliminar las Biblias o profanar lo santo.
Este odio espiritual no es casualidad: es evidencia del cumplimiento profético.
Jesús mismo advirtió: “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” (Mateo 24:12)
Estamos viendo una sociedad endurecida, donde el pecado es exaltado y la fe es ridiculizada. Los valores morales se invierten: lo bueno se llama malo y lo malo, bueno (Isaías 5:20). Y detrás de todo esto opera una fuerza espiritual oscura, el enemigo de las almas, que sabe que le queda poco tiempo (Apocalipsis 12:12).
ADVERTENCIAS ESPIRITUALES PARA EL PUEBLO DE DIOS:
a. No te sorprendas por el avance del mal, porque Cristo ya lo profetizó.
Esto no debe causar temor, sino afirmarnos en la certeza de que la Palabra se cumple. Los ataques contra la Biblia son ataques contra el mismo Dios, pero Su Palabra jamás será destruida: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mateo 24:35)
b. No participes del silencio cómplice.
En estos tiempos, la neutralidad equivale a rendirse. El creyente debe defender la verdad con amor y firmeza, proclamando el Evangelio incluso cuando sea impopular.
“No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación.” (Romanos 1:16)
c. Guarda tu corazón.
La violencia, el odio y la incredulidad pueden contagiar si no cuidamos nuestra comunión con Dios. La fe no se mantiene sola: hay que alimentarla con oración, Palabra y obediencia diaria.
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23)
d. Permanece fiel hasta el fin.
El verdadero creyente no se amolda al mundo, sino que resplandece en medio de la oscuridad.
“Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” (Apocalipsis 2:10)
Los ataques contra la Biblia y la fe cristiana son señales del cumplimiento profético y del avance de la apostasía mundial. Pero mientras el enemigo siembra oscuridad, Dios sigue levantando un remanente fiel que no doblará sus rodillas ante Baal (1 Reyes 19:18).
El creyente debe mantenerse firme, lleno del Espíritu Santo, sabiendo que Cristo viene pronto, y Su Palabra será vindicada ante todos los hombres.
“La hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.” (Isaías 40:8)
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