El obrero es digno de su salario dice la biblia, porque trabaja a tiempo completo sirviendo al Señor, pero también hay quienes sirven sin recibir nada y lo hacen con gozo pues saben que Dios siempre ha de suplir para sus necesidades, pero lo peor es no servir a Dios porque no hay pago.
Hay que entender que el llamado a servir a Dios está por encima de cualquier exigencia o condición que podamos imponer. Es más, hay que hacerlo incondicionalmente porque todo obrero de Cristo sabe que ya sea que reciba o no un emolumento por su trabajo aquí en la tierra, su verdadera recompensa está en el cielo.
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