sábado, 27 de junio de 2020

VOLTEAREMOS LA PÁGINA




“Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados”, Is. 43:18-19.
El virus deja una secuela de dolor y muerte, muchos perdieron un familiar a quien no tuvieron la dicha de enterrarlo, lo cremaron y punto. En otros casos eran tantos que cremar que hasta confundieron las cenizas, nunca antes vivimos un drama de este tipo, se sabe que hace 100 años el mundo fue víctima de la gripe española que mató a 50 millones de personas, no se hizo una vacuna, hubo un intento, pero como la pandemia fue disminuyendo en su letalidad, la cosa se controló sola y se olvidaron de la vacuna. Generalmente las pandemias no han tenido vacunas, a mi entender la mano providencial de Dios entró al escenario mundial para poner coto a la mortandad.
Creo que Dios también tiene el control de la pandemia que nos toca vivir ahora, y probablemente desaparezca antes de que surja alguna vacuna por allí, porque para el Creador nada es imposible. Y sólo quedará una secuela de dolor y amargura por haber vivido una experiencia tan difícil.
Sin embargo, el Señor nos dice que va a hacer algo nuevo, Dios abrirá un camino en el desierto tenebroso que nos toca vivir y hará que volteemos esta página negra para darnos alivio y podamos renovarnos, pero esta pandemia debe ayudarnos en lo siguiente:
1. Los sistemas de salud deben mejorar para que no tengamos que ver nuevamente el colapso de ellos en un futuro donde nadie nos garantiza que no suceda otra pandemia igual o peor, según las profecías de Bill Gates.
2. La solidaridad debe estar por encima de los intereses egoístas, algo que estamos viendo actualmente donde la industria farmacéutica y especialmente las clínicas se aprovechan lucrando del dolor de miles de familias a las cuales sin ningún tipo de sensibilidad les aplican exorbitantes costos para sanar al enfermo, pero para endeudarlo de por vida.
3. Una mejor y justa distribución de los víveres para los sectores empobrecidos. Lamentablemente los corruptos siempre meten sus uñas en esto y reparten la ayuda a quienes no la necesitan. No faltan los malos funcionarios que aprovechan el poder para beneficiar a los suyos y dejan sin un pan para el que realmente lo necesita.
4. El gobierno debe poner interés en incentivar la creatividad de los peruanos. Se sabe que ha habido iniciativas para hacer máquinas de oxígeno, mascarillas, hasta vacunas, pero se ha preferido orientar los recursos al extranjero y lamentablemente por ese criterio esnobista de que todo lo que viene de afuera es mejor de lo que hacemos aquí desestimamos el ingenio de los nacionales. Una falacia que aun pervive en la mente de muchas de nuestras autoridades, y si no es así sin duda que debe ser entonces para aprovechar e importar con precios altos a fin de llenarse los bolsillos.
5. Creo que debe haber muchas cosas más que aprenderemos, pero algo que nos toca vivir a los que servimos a Dios es que no contaremos con los templos por un tiempo corto o largo, sólo Dios lo sabe. Aunque esto no significa que la iglesia se paralizó, Dios permite que se usen las plataformas virtuales para seguir evangelizando y edificando al cuerpo de Cristo. No es la primera vez que se usan, pero para muchos pastores sí lo es y se están capacitando para poder valerse de ellas y mantener el contacto con la feligresía. Aunque este cambio de todos modos afecta la relación y la ministración presencial de la que se hizo uso desde hace siglos, quizá debamos ver otras formas de hacerlo ante un escenario pandémico que sólo Dios sabe si se volverá o no a repetir más adelante y del cual debemos estar apercibidos y preparados.
Nuestro Señor Jesucristo desarrolló su ministerio no en un templo, a veces predicaba en las sinagogas, pero también lo hacía en el campo, a la ribera de un río, sobre una barca, en casas, en el desierto, en la loma de un monte. En fin, cualquier lugar era bueno cuando se trataba de compartir la palabra de Dios, pienso que nosotros volveremos más adelante a los templos, pero las cosas no serán como antes, es por eso que debemos hacer uso de la tecnología virtual sobre todo cuando la iglesia tenga que sufrir persecución en ese gobierno mundial que será controlado por el Anticristo.
Aún así Dios quiere que nos olvidemos de las cosas de antaño, que no vivamos el pasado triste que lamentablemente el pecado nos hace vivir. Dios nos da la esperanza de un mundo nuevo, Él dice “¡Voy a hacer algo nuevo!” Creemos en cielos nuevos y tierra nueva, creemos en un orden mundial diferente cuyo Rey y Señor será nuestro mismo Salvador. Él es el camino que se abre en el desierto de la tragedia humana, mucha gente vive sin esperanza, pero la esperanza es una persona y se llama Jesús. A Él debes acudir para buscar el perdón de tus pecados, la salvación y la vida eterna, si lo logras encontrar entonces tu vida dejará de ser un desierto y de tu interior brotarán ríos de agua viva. Búscalo.


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Dios no se olvida