miércoles, 4 de julio de 2018

CUIDA LO QUE VES



La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas, Mt. 6.22-23.
Los creyentes debemos tener cuidado de las cosas que vemos. Es claro que en Cristo estamos llamados a ser “libres”, pero no interpretemos mal, porque podemos pensar que ahora que somos libres pues tenemos licencia para hacer, decir y mirar lo que se nos antoje; es más, hasta podemos pensar que somos invulnerables a las cosas malas que vemos. Cuidado con equivocarte, es verdad que “todo nos es lícito” (1 Co. 10:23), pero también dice “que no todo conviene”, es decir las cosas malas que puedes estar viendo te dañarán moral y espiritualmente, harán que tu cuerpo esté “en tinieblas”, te quitará la capacidad de entender y ejecutar la voluntad de Dios porque precisamente “estás en tinieblas” y no puedes discernir lo bueno de lo malo. Lamentablemente hay creyentes que están atados a la pornografía, a los video juegos de contenido violento, a la literatura obscena y grosera, o que está llena de antivalores. ¡Y qué decir de los dispositivos electrónicos! No estoy en contra de estos, pero pienso que si te distraen tanto que te impiden orar y leer tu biblia o incluso de participar adecuadamente en las reuniones de tu iglesia, o lo que es peor, te roban el tiempo para que puedas servir a Dios, pues entonces sí que es malo.
Cada uno de nosotros debe examinarse a la luz de la palabra de Dios y ser sincero con Él, pues si le estamos fallando en alguna de estas cosas, entonces confesemos nuestro pecado y procuremos enmendar y caminar en la voluntad de Dios. El creyente que quiere agradar a Dios no será menoscabado por Él pues conoce su corazón y sabe que su motivación autentica es honrarlo. Es verdad que todos somos falibles y débiles y podemos defraudar a nuestro Dios, pero Él siempre nos da la oportunidad de corregir actitudes que no le agradan, y si Dios te está haciendo ver que estas cosas suceden en tu vida, pues también espera que tengas la humildad de buscar un cambio profundo en tu corazón. Que Dios te ayude.

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