miércoles, 4 de enero de 2017

SOLO ESPERAMOS LA JUSTICIA DIVINA


Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?  Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho, Mt. 27:13-14. Jesús no esperaba que la justicia humana pudiera darle la razón, aunque sabía que de todos modos estaba escrito que Él muriera por la humanidad a fin de expiar el pecado de todos, en el proceso judicial que se le llevó a cabo y que tuvo varios errores. Y destacamos éste, en el que Jesús no respondió palabra alguna que hasta el mismo Pilato se quedó maravillado. Sabes, se nos enseña que uno debe luchar por sus derechos y que debe salir a las calles a protestar para que no se atropellen los mismos, porque si no lo haces pues la injusticia triunfará. Claro, no estoy en contra de que hay que luchar para que la justicia prevalezca, pero la actitud de Jesús pareciera que dijera lo contrario. Él tenía la razón, creo que se le estaba inculpando de algo que no cometió, pero no lo vemos agitando su pancarta o por lo menos a sus discípulos saliendo a las calles a gritar que se estaba atropellando los derechos de su Maestro; y me pregunto ¿por qué no lo hicieron? Sea como fuere Jesús se quedó callado, el mismo Pilato quería saber por qué el mutis, por qué no se defiende, el gobernador no hallaba nada malo en el Mesías, o por lo menos no era tan grave como para que merezca la muerte. Es aquí en donde creo que Jesús se encomendó plenamente al Padre, porque sólo Él podía defenderlo y haría que su justicia salga a la luz como así fue. Me pregunto si esta actitud de Jesús no deja algún precedente para nosotros los creyentes, ¿acaso significa que debemos reaccionar igual? ¿Será acaso que si alguien quiere atropellar mis derechos debo quedarme callado y esperar que sea la justicia divina la que intervenga? Bueno tal vez en este punto puedan haber diversas opiniones, no me extrañaría de que algunos esperen que sea Dios quien los vindique, mientras que otros se valgan de los medios de comunicación y usen pancartas y otras cosas más para decir que sus derechos fueron conculcados y requieren de que la opinión pública lo sepa y se haga algo al respecto, y no me sorprende que  los cristianos también hacemos eso. Lo cierto es que si la justicia humana falla, de todos modos la justicia divina intervendrá, y si no lo hace ahora lo hará al final de los tiempos; la pregunta es si ¿querrás esperar hasta el final de los tiempos? El autor de Hebreos nos dice que muchos de los creyentes de antaño estaban imbuidos de la actitud de Jesús y preferían que sea la justicia divina la que intervenga cuando dice: “Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;  de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”, He. 11:37-40. Si no recibieron lo prometido, entonces es probable que no hayan experimentado la justicia humana como se esperaba, pero confiaron que Dios proveerá “alguna cosa mejor”, que obviamente la recibirán al final de los tiempos. ¿Estás viviendo alguna injusticia? ¿Te están atropellando y tus derechos no los toman en cuenta? Que no te parezca extraño, pues los cristianos vivieron todo eso y más aún, sin embargo murieron confiando en que hay un Dios justo que finalmente los defenderá. Ya que en este mundo pecador no existe la verdadera justicia, la verás únicamente de mano de nuestro buen Salvador y como Él es un juez justo no sólo te vindicará a ti, sino que sancionará a los que te hicieron daño y les pagará como merecen, entre tanto haz caso a lo que dice Pedro: “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien”, 1 P. 4:19. Es el valiente consuelo de alguien que también fue injustamente ajusticiado y esperó en Dios. Sólo espero que Él te dé paciencia y fortaleza ante circunstancias de este tipo. Búscalo.

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