Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas
testifican contra ti? Pero Jesús no le
respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho,
Mt. 27:13-14. Jesús no esperaba que la justicia humana pudiera darle la razón,
aunque sabía que de todos modos estaba escrito que Él muriera por la humanidad
a fin de expiar el pecado de todos, en el proceso judicial que se le llevó a
cabo y que tuvo varios errores. Y destacamos éste, en el que Jesús no respondió
palabra alguna que hasta el mismo Pilato se quedó maravillado. Sabes, se nos
enseña que uno debe luchar por sus derechos y que debe salir a las calles a
protestar para que no se atropellen los mismos, porque si no lo haces pues la
injusticia triunfará. Claro, no estoy en contra de que hay que luchar para que
la justicia prevalezca, pero la actitud de Jesús pareciera que dijera lo
contrario. Él tenía la razón, creo que se le estaba inculpando de algo que no
cometió, pero no lo vemos agitando su pancarta o por lo menos a sus discípulos
saliendo a las calles a gritar que se estaba atropellando los derechos de su
Maestro; y me pregunto ¿por qué no lo hicieron? Sea como fuere Jesús se quedó
callado, el mismo Pilato quería saber por qué el mutis, por qué no se defiende,
el gobernador no hallaba nada malo en el Mesías, o por lo menos no era tan
grave como para que merezca la muerte. Es aquí en donde creo que Jesús se
encomendó plenamente al Padre, porque sólo Él podía defenderlo y haría que su
justicia salga a la luz como así fue. Me pregunto si esta actitud de Jesús no
deja algún precedente para nosotros los creyentes, ¿acaso significa que debemos
reaccionar igual? ¿Será acaso que si alguien quiere atropellar mis derechos
debo quedarme callado y esperar que sea la justicia divina la que intervenga?
Bueno tal vez en este punto puedan haber diversas opiniones, no me extrañaría
de que algunos esperen que sea Dios quien los vindique, mientras que otros se
valgan de los medios de comunicación y usen pancartas y otras cosas más para
decir que sus derechos fueron conculcados y requieren de que la opinión pública
lo sepa y se haga algo al respecto, y no me sorprende que los cristianos también hacemos eso. Lo cierto
es que si la justicia humana falla, de todos modos la justicia divina
intervendrá, y si no lo hace ahora lo hará al final de los tiempos; la pregunta
es si ¿querrás esperar hasta el final de los tiempos? El autor de Hebreos nos
dice que muchos de los creyentes de antaño estaban imbuidos de la actitud de
Jesús y preferían que sea la justicia divina la que intervenga cuando dice: “Fueron
apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron
de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados; de los cuales
el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las
cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen
testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna
cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de
nosotros”, He. 11:37-40. Si no recibieron lo prometido, entonces es probable
que no hayan experimentado la justicia humana como se esperaba, pero confiaron
que Dios proveerá “alguna cosa mejor”, que obviamente la recibirán al final de
los tiempos. ¿Estás viviendo alguna injusticia? ¿Te están atropellando y tus
derechos no los toman en cuenta? Que no te parezca extraño, pues los cristianos
vivieron todo eso y más aún, sin embargo murieron confiando en que hay un Dios
justo que finalmente los defenderá. Ya que en este mundo pecador no existe la
verdadera justicia, la verás únicamente de mano de nuestro buen Salvador y como
Él es un juez justo no sólo te vindicará a ti, sino que sancionará a los que te
hicieron daño y les pagará como merecen, entre tanto haz caso a lo que dice
Pedro: “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus
almas al fiel Creador, y hagan el bien”, 1 P. 4:19. Es el valiente consuelo de
alguien que también fue injustamente ajusticiado y esperó en Dios. Sólo espero
que Él te dé paciencia y fortaleza ante circunstancias de este tipo. Búscalo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
LA RUTINA ESPIRITUAL: CUANDO LA FE PIERDE COLOR
En la vida del creyente, la rutina espiritual es un enemigo sutil y peligroso. Al principio, nuestras disciplinas espirituales —la oraci...
-
La congregación evangélica Oasis, en Costa Rica, inaugurará este próximo domingo el auditorio bajo techo más grande del país, con...
-
Los santos hombres de Dios no están enclaustrados en monasterios, lejos del contacto de la gente. Están en las calles, están viendo las n...
-
Este miércoles 20 de noviembre, la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso de la República aprobó el proyecto de ley que ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario