Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle;
porque decían: Está fuera de sí, Mr. 3:21. Así opinaba la familia de Jesús por encargarse
de anunciar el reino de los cielos y sanar a los enfermos. Imagínate qué no
dirán de ti y de mí por predicar su palabra, pero ese es el costo de servir al
Señor en un mundo que cada día se desquicia por el pecado. Creo que si estás
llamado por Dios para cumplir con el encargo de anunciar su palabra entonces
sabes a lo que te expones y lo aceptas, pero si crees que el hacerlo es un
trampolín a la fama de prosperidad y prestigio sin considerar que también tu
vida corre el riesgo de que seas difamado o de que te traten como un
desadaptado, loco o un retrógrado con ideas anacrónicas, pues sería bueno que
analices bien quién te llamó, Dios o tu
propio ego. Jesús supo que su misma familia no lo entendía, pero fue fiel al
llamado de su Padre Celestial, del mismo modo debes serlo tú también y no te
sientas mal por ello, ni des marcha atrás, sé fiel hasta la muerte. Búscalo.
viernes, 6 de enero de 2017
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