viernes, 18 de noviembre de 2016

ENALTÉCELO DE VERDAD


Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer. Os. 11:7
Era la triste realidad que Oseas denuncia con respecto al pueblo de Dios de aquel entonces. Podemos estar en rebelión, en completa desobediencia de su palabra, ir a la iglesia cantar, servir y hacer muchas cosas para Él; engañándonos a nosotros mismos y aun así no lo estamos enalteciendo, no lo estamos honrando, porque en verdad con un estilo de vida así sólo estamos favoreciendo a nuestras motivaciones egoístas, nuestra carne, pero Dios se siente burlado con todo esto. Y aunque la biblia nos dice que Dios no puede ser burlado (Ga. 6:7), nosotros seguimos con nuestra misma andanza complicándonos más la vida. Claro que nuestro Señor de alguna manera nos hará saber que estamos fallando el blanco, que no estamos bien conectados con su voluntad, que debemos cambiar, pero si seguimos en lo mismo será siempre nuestra responsabilidad. Y quiera el Señor que esta forma de vivir finalmente no llegue a la condición fatal a la que llegó el pueblo apóstata de Dios de quien el Señor dijo: “ ….se encendió mi enojo contra ellos, hasta que no pudieron alcanzar purificación”, Os. 8:5. Creo que hay situaciones en que algunos creyentes se han burlado tanto de Dios y han desechado su palabra para sus vidas que finalmente ya no pudieron alcanzar “la purificación”, se perdieron totalmente. Alguien me dijo en cierta ocasión que si un creyente después de haber conocido la salvación y luego se aleja de Dios y muere así, pues de todos modos se va al cielo. La verdad yo no soy quien para juzgar a nadie, pero sé que la biblia dice: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”, He. 10:29. Si aquí habla de castigo y hay quienes piensan que muerto el creyente en pecado se salva, prefiero hacer caso a lo que dice la palabra de Dios y cuidar mi salvación, porque como dice el mismo autor de Hebreos: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron” He. 2:3. Así que hermano, no seas de aquellos que no gustan “enaltecer” a Dios, hazlo con alegría y con una vida de limpieza y obediencia, conságrate a Él, ¿acaso no sabe lo hay que hay en tu corazón? No es tiempo para coquetear con el pecado y el mundo; o eres de Cristo o no lo eres, decide seguirlo y honrarlo con todo tu corazón. Búscalo.

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Saldrá bien en todo