sábado, 19 de diciembre de 2015

NO TE CONVIERTAS EN UN BOCADO



Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan;
y la mujer caza la preciosa alma del varón. Pr. 6:26
Un bocado no es otra cosa que una cantidad de comida que cabe de una vez en la boca, y esta es la triste realidad que le toca a muchos hombres que caen fácilmente en la manos de una mujer como la que relata el proverbio. Y esto es así desde los inicios de la vida del hombre, si nos situamos en Adán y Eva, aquél fue fácilmente engañado por Eva cuando le hizo probar del fruto prohibido. Me parece que desde ese momento los hombres tienen esa debilidad innata frente a una mujer como la tuvo David cuando vio por una ventana bañándose a Betsabé o Salomón con sus más de 1000 mujeres y que fueron  la causa de su ruina espiritual, o Sansón, a quien Dalila no sólo le hizo perder la cabeza, sino las fuerzas y finalmente los ojos. Y es que queramos o no aceptarlo las mujeres tienen esa mágica influencia en los hombres que hasta el más fuerte logra sucumbir. Es por eso que este proverbio va dirigido a los hombres que son los que generalmente caen en pecados de tipo sexual, claro que las mujeres también, pero son mayormente los varones los que los promueven por esa extraña debilidad que arrastran desde los tiempos adámicos. Pero claro cuando un hombre o una mujer se deja llevar por sus instintos carnales pues ya no razona, no piensa en las consecuencias que pueden resultar desde un hijo no deseado hasta adquirir una de las tantas enfermedades de transmisión sexual y el tan temido VIH. Y claro ¿cuántos ahora están llorando su tragedia y lamentando no haber escuchado en el momento oportuno algún sabio consejo de un amigo, familiar o un proverbio como el que acabamos de citar? Por supuesto que no faltan aquellos que dicen “que se protegen”, pero este tipo de protección no es del todo seguro. Es curioso pero un informe dado a conocer  por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos concluye que el uso correcto y constante de los preservativos reduce la transmisión del VIH, pero que la evidencia epidemiológica es insuficiente para determinar la efectividad de los preservativos en la prevención de otras enfermedades de transmisión sexual (ETS), como Chlamydia, sífilis, chancroide, trichomoniasis, herpes genital y papilomavirus humano (VPH). En otras palabras no es del todo seguro que no llegues a adquirir alguna de ellas, tu protección no es del todo confiable. Ahora, viéndolo desde el punto de vista espiritual, una persona que comete pecados sexuales rompe leyes espirituales y tarde o temprano tiene que pagar por esas “violaciones a los preceptos bíblicos”, lo que es peor si no te arrepientes de tus pecados ahora, puedes sufrir las consecuencias aquí en la tierra, y en la eternidad después. Dice la biblia: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”, He. 13:4. Dios quiere librarte de las terribles consecuencias que tristemente mucha gente que no hizo caso a la palabra de Dios está sufriendo ahora, aquí no se trata de que “vivimos tiempos diferentes de antaño , que la mentalidad de la gente de ahora es liberal”, etc, etc. Se trata de obedecer a Dios, porque el pecado no es otra cosa sino que “infracción de la ley” (1 Jn. 3:4), y Dios no quiere que seas un infractor que más tarde tengas que llorar tu desobediencia, no sigas con los que andan por el camino ancho que lleva a la perdición, transita por el camino angosto y estrecho que es el camino que te salvará. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, Jn. 14:6. Sólo él puede conducirte por el camino del bien, ayudándote a librarte de la promiscuidad, que te convierte en un fornicario, adúltero, etc. Acude a Cristo para que Él te pueda liberar, porque en Cristo existe la verdadera libertad: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Jn. 8:32.

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