Porque a causa de la mujer ramera el
hombre es reducido a un bocado de pan;
y la mujer caza la preciosa alma del
varón. Pr. 6:26
Un bocado
no es otra cosa que una cantidad de comida que cabe de una vez en la boca, y
esta es la triste realidad que le toca a muchos hombres que caen fácilmente en
la manos de una mujer como la que relata el proverbio. Y esto es así desde los
inicios de la vida del hombre, si nos situamos en Adán y Eva, aquél fue
fácilmente engañado por Eva cuando le hizo probar del fruto prohibido. Me
parece que desde ese momento los hombres tienen esa debilidad innata frente a
una mujer como la tuvo David cuando vio por una ventana bañándose a Betsabé o Salomón
con sus más de 1000 mujeres y que fueron la causa de su ruina espiritual, o Sansón, a
quien Dalila no sólo le hizo perder la cabeza, sino las fuerzas y finalmente
los ojos. Y es que queramos o no aceptarlo las mujeres tienen esa mágica
influencia en los hombres que hasta el más fuerte logra sucumbir. Es por eso
que este proverbio va dirigido a los hombres que son los que generalmente caen
en pecados de tipo sexual, claro que las mujeres también, pero son mayormente
los varones los que los promueven por esa extraña debilidad que arrastran desde
los tiempos adámicos. Pero claro cuando un hombre o una mujer se deja llevar por
sus instintos carnales pues ya no razona, no piensa en las consecuencias que
pueden resultar desde un hijo no deseado hasta adquirir una de las tantas
enfermedades de transmisión sexual y el tan temido VIH. Y claro ¿cuántos ahora
están llorando su tragedia y lamentando no haber escuchado en el momento
oportuno algún sabio consejo de un amigo, familiar o un proverbio como el que
acabamos de citar? Por supuesto que no faltan aquellos que dicen “que se
protegen”, pero este tipo de protección no es del todo seguro. Es curioso pero un
informe dado a conocer por los
Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos concluye que el uso
correcto y constante de los preservativos reduce la transmisión del VIH, pero
que la evidencia epidemiológica es insuficiente para determinar la efectividad
de los preservativos en la prevención de otras enfermedades de transmisión
sexual (ETS), como Chlamydia, sífilis, chancroide, trichomoniasis, herpes
genital y papilomavirus humano (VPH). En otras palabras no es del todo seguro
que no llegues a adquirir alguna de ellas, tu protección no es del todo
confiable. Ahora, viéndolo desde el punto de vista espiritual, una persona que comete
pecados sexuales rompe leyes espirituales y tarde o temprano tiene que pagar
por esas “violaciones a los preceptos bíblicos”, lo que es peor si no te
arrepientes de tus pecados ahora, puedes sufrir las consecuencias aquí en la
tierra, y en la eternidad después. Dice la biblia: “Honroso sea en todos el
matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros
los juzgará Dios”, He. 13:4. Dios quiere librarte de las terribles consecuencias
que tristemente mucha gente que no hizo caso a la palabra de Dios está
sufriendo ahora, aquí no se trata de que “vivimos tiempos diferentes de antaño ,
que la mentalidad de la gente de ahora es liberal”, etc, etc. Se trata de
obedecer a Dios, porque el pecado no es otra cosa sino que “infracción de la
ley” (1 Jn. 3:4), y Dios no quiere que seas un infractor que más tarde tengas
que llorar tu desobediencia, no sigas con los que andan por el camino ancho que
lleva a la perdición, transita por el camino angosto y estrecho que es el
camino que te salvará. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí”, Jn. 14:6. Sólo él puede conducirte por el
camino del bien, ayudándote a librarte de la promiscuidad, que te convierte en
un fornicario, adúltero, etc. Acude a Cristo para que Él te pueda liberar,
porque en Cristo existe la verdadera libertad: “y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres”, Jn. 8:32.
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