INTRODUCCION.- No tenemos interés
de entrar en polémica sobre este tema, la navidad es un evento bien enraizado
en nuestra sociedad. No pretendemos ser tampoco dogmáticos, solamente queremos
reflexionar sobre el trasfondo de este importante acontecimiento para la
cristiandad. Sólo espero que los que amamos a Dios consideremos que el
nacimiento de Cristo no debe solidarizarse con las costumbres mundanas, sino
mantener la pureza de su significado.
ANTECEDENTES
DE LA NAVIDAD
Se sabe que en el siglo ll, hubo un hombre
llamado Telésforo que fue el que estableció las solemnes fiestas de la
"Natividad" que al principio eran movibles, pero 200 años después el
papa Julio I las declaró fijas tomando como fecha definitiva la noche del 24 al
25 de diciembre.
La iglesia de Roma eligió esa fecha porque
ese día los romanos celebraban el nacimiento del dios solar Mithra, según ellos
el salvador de la humanidad; al anexarle a ese día el nacimiento de Jesús, el
culto pagano fue cambiando poco a poco hasta transformarse en una celebración
"cristiana". La aparente conversión al catolicismo del emperador
Constantino El Grande, tuvo mucho que ver en esto de la unificación del culto
pagano al dios solar, con el nacimiento de Jesucristo. Dios condenaba esta
actividad de adorar a los astros Dt. 4:19-20: “No sea que alces tus ojos al
cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo,
seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los
ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. Pero a vosotros
Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis
el pueblo de su heredad como en este día”.
La fiesta pagana dedicada a Mithra se llamaba
(Natalidad de los invictos) y representaba la
victoria de la luz solar sobre las tinieblas. En el hemisferio norte esa fecha
coincide prácticamente son el solsticio de invierno -la noche más larga del año-,
este día los paganos esperaban en vela la reaparición de Mithra y celebraban el
nacimiento del "dios invencible”. Sabemos perfectamente que la idolatría
es condenada por las Escrituras, 1 Co. 10:19-20: “¿Qué digo, pues? ¿Que el
ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que
lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no
quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios”.
Hay una tradición que dice que Jesús nació en
invierno (25 de diciembre o solsticio de invierno), pero otro estudio nos
indica que no es así, sino que nació en otoño a mediados del mes de septiembre
o principios de octubre. Un antecedente muy consistente, es que la Biblia dice en
Lc. 2:8 “que había….pastores en la misma región, que velaban y guardaban
vigilias de la noche sobre sus rebaño” en el tiempo del nacimiento del
Señor. Y se sabe que los pastores en
Palestina no hacen esto durante el invierno, generalmente traen sus rebaños de
las montañas a los rediles antes del 15 de octubre. Esto nos indicaría que
Cristo no pudo haber nacido a mitad del invierno.
LOS
IMPERIOS PAGANOS
Babilonia influyó mucho en el politeísmo del
imperio romano. Es ahí, donde se celebraba el día 25 de diciembre como “El
festival de invierno”, en conmemoración del alumbramiento de TAMUZ, (Saturno
para los romanos) el dios sol encarnado.
Estas fiestas eran acompañadas de orgías,
desenfrenos y una gran inclinación hacia el valor de la amistad, lo cual se
demostraba con intercambio de regalos y presentes para aquella fecha. Asimismo
se adornaban las puertas de las casas,
con coronas de flores y hojas verdes y por cierto el uso de un árbol con frutas
y decorativos alusivos al dios sol. Esta
era la fecha del solsticio de invierno y la idea era recordar y celebrar el
nacimiento de la divinidad solar cuya concepción se había realizado en la virgen
matriz de la reina del cielo, una práctica que Jeremías condenaba en la nación
apóstata de Israel Jer. 7:16-20: “Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos
clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que éstos hacen
en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen la
leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer
tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para
provocarme a ira. ¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien
ellos mismos su propia confusión? Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He
aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres,
sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la
tierra; se encenderán, y no se apagarán”.
Se sabe que la antigua Semiramis (Venus,
Osiris, etc.) pasó a llamarse “virgen María” y a la encarnación del dios sol
Tamuz (Baal, Moloc, etc.), se le llamó “Jesús.” Para poder ganar a los paganos
al cristianismo sólo tuvieron que intercambiar el nombre de sus deidades, pero
la semilla del paganismo se infiltró dentro de la iglesia romana dañando las principales
doctrinas de su fe.
LOS
SIMBOLOS DE LA NAVIDAD
1. EL
VIEJO SANTA CLAUS.-
Hubo un sacerdote católico llamado Nicolás, que fue obispo de Mira en el tiempo
del emperador Diocleciano (siglo IV), y entre todas sus prácticas religiosas,
acostumbraba en época de “navidad” a dar regalos y presentes a los niños.
Después de su muerte, la iglesia de Roma lo elevó a los altares y se convirtió
en “San Nicolás o Santa Claus”, a quien todos los niños esperan cada año para
recibir sus regalos. Luego este “san Nicolás” adoptó el nombre de “papá Noel”
de la raíz francesa que a su vez deriva del latín “Natalis, natal”, o sea “padre
de la navidad”.
2. EL ARBOL.- El árbol navideño está
presente en cada navidad, pero ¿qué significa? Una fábula babilónica sostenía
que Semiramis afirmaba que de la noche a la mañana un gran árbol surgió de una
cepa muerta la cual simbolizaba el nacimiento de Nimrod a una nueva vida, quien
se personificó en la persona de Tammuz. Ella declaró que cada aniversario de su
natalicio, Nimrod dejaría regalos en el árbol. Se relaciona la fecha de su
nacimiento con el 25 de diciembre. Más tarde esto hizo que muchas naciones
tengan sus propias leyendas sobre los árboles. La costumbre de adornar los
árboles con cerezas rojas durante la Saturnalia y para el año nuevo, y los
adornos de las casas con coronas verdes coloreadas provenía de los romanos. Los
árboles en el paganismo eran usados como elementos de adoración, algo que
también era condenado por Dios mismo, Jer. 17:1-3: “El pecado de Judá escrito está
con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su
corazón, y en los cuernos de sus altares, mientras sus hijos se acuerdan de sus
altares y de sus imágenes de Asera, que están junto a los árboles frondosos y
en los collados altos, sobre las montañas y sobre el campo. Todos tus tesoros
entregaré al pillaje por el pecado de tus lugares altos en todo tu territorio”.
3. LOS REGALOS.- Estos juegan un papel
importante en estas fiestas, en las cuales Santa Claus está presente. Las navidades
están paganizadas con todos estos elementos. Los romanos, por ejemplo,
celebraban la Saturnalia entre el 17 y 24 de diciembre y en estas fiestas
habían diversión, fiestas y regalos. Cuando las tribus germánicas adoptaron el
cristianismo y comenzaron a celebrar Navidad, lo hicieron obsequiándose regalos
unos a otros. Aunque se sabe que algunos países de Europa difieren en la
entrega de los regalos, por ejemplo, como Italia y España en donde los niños
reciben regalos el día 5 de enero, mientras que en otros países los regalos son
entregados el día 6 de diciembre, en la festividad de San Nicolás, el patrono
de los niños. Juan describe cómo reacciona la sociedad apóstata del tiempo del
Anticristo cuando éste obtiene su victoria sobre los dos testigos, Ap.
11:10: “Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán,
y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían
atormentado a los moradores de la tierra”.
JESÚS Y
LA NAVIDAD
Jesús nunca dijo que se celebrara su
nacimiento sino su muerte, Lc. 22:19: “Y tomó el pan y dio gracias, y
lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado;
haced esto en memoria de mí”.
Pero también entendemos que Jesús así como es
dueño del día de reposo también es dueño del día 25 de diciembre, pues Él lo
creó. Los creyentes si celebramos ese día no lo hacemos con ánimo de honrar a
las deidades paganas, sino al Salvador del mundo, aunque no sepamos exactamente
el día de su nacimiento la biblia no dice que no podamos celebrarlo, ni tampoco
lo prohíbe. El apóstol Pablo dice en Ro. 14:5: “Uno hace diferencia entre día y
día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en
su propia mente”. El asunto no está en el día sino el propósito para el
cual quieras emplearlo y nosotros lo hacemos para celebrar su natalicio. El
conmemorar el nacimiento de Cristo personalmente no lo veo malo, siempre y cuando
el enfoque sea sólo en Él, y no lo hagamos a la usanza del mundo. Ahora bien, el
significado de la navidad no es tanto dar regalos, comer pavo y panetón sino en que “Cristo quiere nacer en
tu corazón, y cuando lo dejes entrar Él podrá hacer de ti un hombre nuevo y una
nueva criatura”. No perdamos la esencia del nacimiento y muerte de nuestro Señor
Jesús que es la salvación de nuestras almas, Jn. 3:4-7: “Nicodemo le dijo:
¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez
en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino
de Dios. Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario
nacer de nuevo”.
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