lunes, 10 de marzo de 2025

PÁRENSE Y SIÉNTENSE

 



El constante “párense y siéntense” en los cultos eclesiásticos puede, resultar agotador especialmente para los adultos mayores y para personas con problemas de movilidad o salud. Esta práctica, aunque a menudo se realiza con la intención de mostrar reverencia a Dios y mantener a la congregación participativa, puede convertirse en un obstáculo para algunos fieles.

La costumbre de levantarse durante la lectura bíblica, los cánticos y la recolección de ofrendas tiene sus raíces en el respeto y la adoración. En Nehemías 8:5, se menciona que el pueblo se ponía de pie cuando Esdras abría el libro de la ley, indicando reverencia hacia la Palabra de Dios. Asimismo, ponerse de pie durante la alabanza se interpreta como una actitud activa de adoración.

Para los hermanos de edad avanzada o con problemas físicos, el constante movimiento puede ser una carga, causando cansancio y distracción. En lugar de ayudarles a adorar con libertad, podría crear una barrera emocional y física. La iglesia debe ser un lugar donde todos, sin importar su condición, puedan participar plenamente y con gozo.

Jesús demostró una profunda compasión hacia los más vulnerables. En Mateo 11:28, Él invita a los cansados y cargados a acercarse a Él para hallar descanso. Siguiendo este principio, la iglesia debería buscar maneras de facilitar la participación de los adultos mayores, sin imponerles cargas innecesarias.

Pablo, en Romanos 14, habla sobre no poner tropiezos al hermano. Aunque el contexto es diferente, el principio aplica: si una práctica litúrgica se convierte en una carga para algunos, debería reconsiderarse.

Si hemos de ser sensibles hacia los adultos mayores y personas especiales podríamos hacer lo siguiente:

Anuncios claros y amorosos: Los líderes podrían decir: "Si puede, póngase de pie para cantar; si prefiere permanecer sentado, siéntase libre de hacerlo." Esta flexibilidad muestra empatía y comprensión.

Zonas especiales: Designar áreas accesibles y cómodas para adultos mayores, con sillas más ergonómicas y sin la presión de levantarse.

Cultos inclusivos: Adaptar algunas reuniones, como los estudios bíblicos o servicios especiales, donde se minimice el levantarse y sentarse.

Ministerio de apoyo: Crear un equipo que asista a los hermanos mayores, asegurándoles un lugar cómodo y ayudándoles en lo necesario.

La verdadera adoración no depende de la postura física sino del corazón. Como iglesia, el llamado es a ser sensibles a las necesidades de todos los miembros, especialmente de los más vulnerables. Adaptar ciertas prácticas para incluir a los adultos mayores refleja el amor y el cuidado de Cristo hacia su iglesia.

 

 

 

 

 

 

 

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