viernes, 21 de marzo de 2025

LA INSEGURIDAD Y LA CRIMINALIDAD EN EL PERÚ: UNA PERSPECTIVA BÍBLICA

 



La creciente inseguridad y criminalidad en el Perú se han convertido en una de las principales preocupaciones de la sociedad. Asaltos, extorsiones, sicariato y otros delitos han alcanzado cifras alarmantes, generando un clima de temor y desconfianza. Frente a esta realidad, la iglesia cristiana no puede permanecer en silencio. La Palabra de Dios nos llama a ser luz en medio de la oscuridad y a ofrecer respuestas basadas en la verdad divina. Pero, ¿cómo podemos abordar este problema desde una perspectiva bíblica?

1. El Pecado y la naturaleza caída del hombre

La Biblia enseña que la maldad en el mundo es consecuencia del pecado. Jeremías 17:9 nos dice: "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?". La criminalidad no es solo un problema social o económico, sino también un problema espiritual. La ausencia de valores cristianos en la sociedad ha llevado a un deterioro moral donde la vida humana pierde su valor y el respeto por el prójimo se desvanece.

2. La Responsabilidad del Estado

Romanos 13:1-4 establece que las autoridades han sido puestas por Dios para castigar el mal y proteger al inocente. Sin embargo, cuando el sistema judicial es ineficiente o corrupto, la impunidad se convierte en un incentivo para el crimen. La iglesia debe levantar su voz y exhortar a las autoridades a ejercer su rol con justicia y equidad. La corrupción y la falta de liderazgo moral solo agravan el problema.

3. La Iglesia como Agente de Cambio

Jesús nos llama a ser sal y luz en el mundo (Mateo 5:13-16). No podemos limitarnos a predicar dentro de los templos sin impactar la sociedad. La iglesia debe involucrarse en la restauración de los valores, en la evangelización en las cárceles, en la rehabilitación de jóvenes en riesgo y en la enseñanza de principios bíblicos en las familias. La prevención es clave, y una iglesia activa puede marcar la diferencia.

4. La Educación y la Familia: Claves para la Transformación

Proverbios 22:6 nos recuerda: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él". La descomposición familiar y la falta de educación basada en valores han contribuido al crecimiento de la delincuencia. La iglesia debe fortalecer su enseñanza sobre la familia y el rol de los padres en la formación de sus hijos. Es en el hogar donde se siembran los principios de respeto, honestidad y amor al prójimo.

5. La Oración y el Clamor por Justicia

La Biblia nos exhorta a orar por nuestra nación y sus gobernantes (1 Timoteo 2:1-2). La batalla contra la criminalidad no solo se libra con estrategias humanas, sino también en el ámbito espiritual. La iglesia debe clamar a Dios por transformación, arrepentimiento y un avivamiento que toque los corazones de los delincuentes y de quienes tienen en sus manos la administración de justicia.

Conclusión

La inseguridad en el Perú es un problema complejo que requiere una respuesta integral. Como cristianos, estamos llamados a ser la voz de la justicia, a denunciar el pecado, a apoyar iniciativas de cambio y a compartir el evangelio como la única esperanza real de transformación. No podemos permanecer indiferentes; es hora de actuar con fe y determinación, confiando en que Dios tiene el poder de restaurar nuestra nación.

Que la iglesia no se limite a ser espectadora, sino que asuma su rol profético y social con valentía. La verdadera seguridad no viene solo de las políticas gubernamentales, sino del cambio genuino de los corazones cuando Cristo es el centro de una sociedad.

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