INTRODUCCION.- Entre las epístolas
del nuevo testamento que llevan el nombre del apóstol Pablo, la escrita a la
iglesia de Roma ocupa el primer lugar en los manuscritos llegados hasta
nosotros, aunque en los tiempos antiguos el orden era probablemente diverso. La
epístola fue escrita para servir de presentación ante una comunidad con la que
el apóstol deseaba establecer contactos, aunque no fuese él mismo quien la
había fundado. Durante años había pensado en Roma. La iglesia de allá no había
sido establecida recientemente; pero su fe había sido dada a conocer a todo el
mundo y se nos presenta como una
institución firmemente establecida y comparativamente antigua, que Pablo
consideraba con reverencia, con respeto incluso. Fue escrita por Pablo entre
los años 56-57, lo hizo durante su estadía de tres meses en Corinto, hacia el
final de su tercer viaje misionero.
UNA MISIÓN URGENTE QUE CUMPLIR (Ro. 1:1-32)
I.
SOMOS LLAMADOS POR DIOS (VS. 1-7)
1. A ser siervos de Jesucristo y estamos apartados
para el evangelio. Esta promesa viene desde los profetas del A.T. cuando Dios
da a conocer que su Hijo que vendría a la tierra, nacería del linaje de David,
“según la carne”, vs. 1-3.
2. Así como Jesús fue declarado “Hijo de Dios
con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los
muertos”, nos da a entender que los creyentes debemos también contar con el
poder que emana del Espíritu de santidad. Es difícil que es poder fluya a
través de nosotros si andamos en pecado, vs. 4.
3. De Dios recibimos “la gracia y el
apostolado”, la misión es que la gente llegue a la obediencia a la fe en
Jesucristo. La difusión del evangelio es mundial, a “todas las naciones”. Es
menester que antes sepamos que “somos de Jesucristo”, vs. 5-7.
II. NUESTRA
FE DEBE DIFUNDIRSE (VS. 8-15)
4. El apóstol destacaba la fe de los romanos
que se “difundía por todo el mundo”. Esto es algo que al apóstol le agradaba y
es por eso que los recordaba en sus oraciones porque deseaba ir a verlos. Los
creyentes debemos solidarizarnos con hermanos que trabajan en la difusión de la
fe y orar por ellos, vs. 8-10.
5. Pablo quería ir para poder “comunicarles
algún don espiritual”, para que puedan ser “confirmados”, y “mutuamente
confortados”. Es importante destacar que los que sirven al Señor deben estar
constantemente capacitándose y aprendiendo la Palabra del Señor, vs. 11-12.
6. Sin embargo Pablo era consciente que en su
intento tenía dificultades, luchas o adversidades, pero mantenía la fe de que
iría a verlos, vs. 13.
7. Pablo se consideraba “deudor”, decía: “a
griegos y a no griegos soy deudor”. Sabía que hay mucha gente que evangelizar y
ganar para Cristo. No existe mejor arma del enemigo que el conformismo, no
debemos dejar de evangelizar y seguir ganando almas para Cristo., vs. 14-15.
III. LA
JUSTICIA ES POR LA FE (VS. 16-17)
8. Este es el meollo de la epístola: “la
justificación por fe”. Pablo sabía que ahora todo el mundo: judíos y
griegos deben ser salvos por el
evangelio, “porque es poder de Dios”, y no tenemos que avergonzarnos de él.
9. Ahora la justicia de Dios se revela por
fe, ya no es por la obras, “porque el justo por la fe vivirá”, vs. 16-17.
IV.
DIOS ESTA AIRADO CON EL MUNDO (VS. 18-32)
10. Dios está airado con el mundo porque ve
la injusticia de los hombres, sabiendo que Dios existe pero no hacen caso de Él,
vs. 18-19.
11. Dios se ha dado a conocer por medio de la
creación, pero el ser humano no le glorificó como Dios. Se envaneció a causa de
sus razonamientos y su corazón se entenebreció, se volvieron ateos, y
creyéndose sabios se hicieron necios. Aparte de esto se entregaron a la
idolatría de hombres, animales, cuadrúpedos, y reptiles, es decir su
desligamiento de Dios los llevaría a idolatrar a todo lo creado, vs. 20-23.
ILUSTRACION: Dos años antes de morir
Charles Darwin escribió una carta a un joven abogado llamado Francis McDermott
en la que dice: “Lamento tener que informarle que no creo en la biblia como
revelación divina, y por lo tanto tampoco en Jesucristo como el Hijo de Dios.
Atentamente. Ch. Darwin”. Esta carta fue fechada el 24 de Noviembre de 1880, y ahora
será subastada entre 70 y 90,000 dólares.
12. Por esto Dios los “entregó a la
inmundicia”, a cometer toda suerte de hechos detestables, así deshonraron sus
cuerpos. Los entregó a pasiones vergonzosas y a la práctica de la
homosexualidad y el lesbianismo, y en consecuencia “recibieron en sí mismos la
retribución debida a su extravío”, las diversas enfermedades que esto produce
son esa retribución a su rebeldía, vs. 24-27.
13. La mente reprobada es otra consecuencia
de “no tener en cuenta a Dios”, y por eso hacen cosas que no convienen: “estando
atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad;
llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia”, vs. 28-31.
14. La biblia enseña que los que practican
estas cosas “son dignos de muerte”, hay una sentencia por parte de Dios para
los que están viviendo así sin arrepentirse, pues no sólo las practican “sino
que también se complacen con los que las practican”, vs. 32.
V.
CONCLUSIÓN:
La vida disipada y licenciosa es parte de esa mente reprobada que quitó la vida
a famosos cantantes: Uno de los misterios más grandes de la música popular se
relaciona con el famoso “Club de los 27”, denominación que se refiere al grupo
de músicos célebres que comparten una fúnebre singularidad: haber muerto
trágica y prematuramente a la edad de 27 años, en casos relacionados mayormente
con el abuso de drogas y alcohol, accidentes inexplicables e incluso el
suicidio. La lista original de esta tétrica lista incluye al guitarrista Robert
Johnson, el rey del delta blues y primer “miembro” de este selecto club: el
multiinstrumentista Brian Jones, el icónico fundador de los Rolling Stones;
Jimi Hendrix, el guitarrista más dotado del siglo XX; la cantante de rock y
blues Janis Joplin, estandarte del espíritu libertario de los años 60’; y el
carismático cantante Jim Morrison, líder de The Doors (todos curiosamente
tienen la letra “J” en sus nombres o apellidos). Kurt Cobain, líder de Nirvana y la vocalista británica Amy WineHouse, una de
las voces más talentosas del blues rock, quienes fortalecieron la leyenda
urbana de que la muerte de músicos célebres a esa edad era un fenómeno
inusualmente común, especialmente si éstos se encontraban, al momento de su
deceso, en el pináculo de la fama.
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