lunes, 17 de noviembre de 2025

DISCERNIENDO LAS PRUEBAS DEL CREYENTE

 



En la vida cristiana enfrentamos momentos difíciles: pérdidas, enfermedades, crisis, injusticias, traiciones o tiempos de sequedad espiritual. Muchos, cuando pasan por estas experiencias, se preguntan:
“¿Me estará castigando Dios?”
Pero la Biblia nos enseña que no todo dolor viene por disciplina. Muchas veces, son pruebas de fe, procesos que Dios usa para fortalecernos, purificarnos y acercarnos más a Él.
1. No todo sufrimiento es castigo
El castigo de Dios nunca es impulsivo ni cruel; es correctivo y lleno de amor. Hebreos 12:6 dice:
“Porque el Señor al que ama, disciplina…”
La disciplina es para corregirnos, no para destruirnos. Si hay desobediencia evidente, pecado sin confesar o rebeldía, Dios puede usar las circunstancias para llamarnos al arrepentimiento.
Pero muchas veces, como Job, el sufrimiento no es por castigo, sino por fidelidad. No es castigo… ¡es un examen!
2. La prueba revela lo que Dios ya sabía de ti
La prueba no le muestra a Dios quién eres…
te muestra a ti quién eres realmente.
A través de las pruebas:
Dios purifica tu fe
Fortalece tu carácter
Te hace crecer en humildad
Te prepara para una mayor responsabilidad espiritual
Te aparta de lo superficial
Te acerca más a Él
Las pruebas no te alejan del propósito; te forman para alcanzarlo.
3. ¿Cómo discernir si es prueba o disciplina?
A. Examina tu corazón
Pregúntate con sinceridad:
“¿Estoy viviendo en pecado o desobediencia?”
Si la respuesta es sí, Dios te está llamando a volver a Él.
B. Observa el fruto
La disciplina produce arrepentimiento.
La prueba produce crecimiento.
C. Evalúa la paz interior
En la prueba, aunque hay dolor, hay paz.
En la disciplina, hay convicción profunda.
D. Pide dirección al Espíritu Santo
Él fue enviado para guiarnos a toda verdad.
Dios no quiere tenerte confundido.
Cuando le preguntas con sinceridad, Él te ilumina.
4. Las pruebas siempre tienen un propósito
Romanos 8:28 nos recuerda que todo coopera para bien, incluso lo que no entendemos.
La prueba nunca es en vano:
Te acerca más a Dios
Te hace maduro
Te prepara para ministrar a otros
Te da autoridad espiritual
Te hace depender de la gracia
Te ayuda a dejar de confiar en tu fuerza y vivir por fe
La prueba no llega para destruirte, sino para formarte.
Cómo saber si es prueba o castigo:
1. Mantén un corazón humilde y examinable
Pide a Dios que te muestre si hay algo que corregir.
2. No tomes decisiones basadas en emociones
Las pruebas son temporales; las decisiones deben ser espirituales.
3. Permanece en la Palabra
La Biblia es la luz que revela si la situación es corrección o formación.
4. Ora pidiendo discernimiento
El Espíritu Santo te mostrará la verdad sin confusión.
5. Permanece cerca de creyentes maduros
El consejo sabio ayuda a ver lo que uno mismo no ve.
6. Recuerda que Dios no te ha abandonado
En la disciplina, Él corrige.
En la prueba, Él acompaña.
En ambas… Él te ama.
7. Mantén la fe en medio del proceso
La fe no evita la prueba, pero te garantiza salir victorioso de ella.
Oración final:
Señor, ayúdame a discernir entre tu disciplina y tus pruebas. Muéstrame tu camino y dame un corazón humilde para aprender de cada proceso. Fortaléceme en las pruebas y corrígeme con tu amor cuando lo necesite. Espíritu Santo, guíame a toda verdad. Que cada situación me acerque más a ti y forme en mí el carácter de Cristo. Amén.

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