“Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” — Isaías 40:29
Hay días en los que el alma simplemente se cansa. No es sólo el cuerpo: es el corazón el que se siente agotado, herido o sin rumbo. Tal vez has estado luchando por demasiado tiempo, esperando una respuesta que no llega o intentando levantarte después de otra caída. Si te sientes así hoy, este mensaje es para ti.
1. Dios conoce tu cansancio
El Señor no ignora tu dolor ni tu agotamiento. Él ve lo que nadie más ve y entiende lo que a veces ni tú mismo puedes explicar. Sus ojos están sobre ti en tus noches silenciosas, en tus lágrimas escondidas y en tus batallas internas. Tu cansancio no lo aleja; lo atrae.
2. Él no te pide fuerzas: te ofrece las suyas
Muchos piensan que Dios quiere vernos siempre fuertes, seguros y firmes. Pero la verdad es que Él se glorifica en nuestra debilidad.
La Biblia nos recuerda: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” — 2 Corintios 12:9
Cuando ya no puedes más, ahí empieza la obra de Dios. Él no exige que camines por tus propios medios; te invita a descansar en su poder y a renovarte en su presencia.
3. Dios te promete ayuda, no abandono
No estás atravesando este valle solo. Él camina contigo, aun cuando no lo sientes. Su promesa sigue en pie: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré.” — Isaías 41:10
Dios no dice: “Te ayudaré a veces”. Dice: siempre.
4. Él renovará tus fuerzas
El Señor no sólo restaura lo que está roto; renueva lo que se ha gastado. Él levanta tu espíritu, fortalece tu fe y te da nuevas alas para seguir avanzando.
“Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas.” — Isaías 40:31
Tu historia no termina en tu cansancio. Dios está escribiendo un nuevo capítulo lleno de fortaleza, esperanza y victoria.
Oración:
Señor, aquí estoy con todo mi cansancio, mis cargas y mis temores. Tú conoces mi corazón mejor que nadie. Te pido que renueves mis fuerzas, que me llenes de tu paz y que me sostengas con tu mano poderosa. Ayúdame a confiar en ti incluso cuando no entiendo. Declaro que tú eres mi fuerza, mi ayuda y mi refugio. Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario