viernes, 10 de mayo de 2024

Volvamos a las Escrituras




La corrupción moral y espíritual en el mundo se acrecientan y esto debido a que el hombre se distancia cada vez más de Dios. La humanidad sin Él se encamina hacia su propia ruina y se prepara para la aceptación del hombre de pecado, el anticristo, un ser maléfico que inclinará el corazón de millones a adorarlo.

La iglesia de Cristo es un agente de cambio en la tierra con una misión importante, Dios la puso aquí para ser luz y sal, pero cuando acomoda su mensaje a los estandares del mundo para poder ser menos "chocante e incómodo", con la finalidad de ganar más adeptos, pues no estamos siendo fieles a la gran comisión.

En mi experiencia de visitar iglesias y escuchar la temática de sus discursos o predicas veo que no existe o se habla muy poco de temas escatológicos. No se confronta al pecador con su pecado, muy poco se habla del infierno como destino eterno final del que no se arrepiente. Veo que existen alocuciones llamadas sermones que están matizadas de humanismo; hoy por hoy la consejería bíblica ha sido reemplazada por terapias sicológicas y las amonestaciones o palabras de aliento y ánimo imitan muy bien a los mensajes de superación personal que esbozan los gurús motivacionales.

Me temo que los seminarios e institutos bíblicos que son el alma mater de los pastores y ministros de Dios están siendo influenciados con las doctrinas y filosofías del mundo que se combinan con la biblia para producir un "evangelio diferente". Sin duda, esto determinará que luego presentemos un mensaje al mundo que no sea ofensivo y que sea conciliador, permitiendo que la gente vaya a la iglesia a buscar  paz y consuelo, pero no la salvación de su alma. 

Creo que es tiempo de cambiar, es tiempo de reencontrarnos con el evangelio de Cristo, es tiempo de volver a la pureza de las Escrituras y hablar lo que Cristo habló, sino seremos como los fariseos, "ciegos y guías de ciegos", y también seremos responsables de millones de almas a las cuales las tenemos entretenidas con un discurso agradable al oído, pero nada bíblico. Hagamos caso al consejo de Dios que se encuentra  en Is 8:20 y busquemos la dirección del Espíritu para nuestras vidas y nuestro ministerio: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido."

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DIOS CASTIGA LA MALDAD