SED PERFECTOS

 

La frase "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" proviene del Evangelio de Mateo 5:48. Esta frase forma parte del Sermón del Monte, donde Jesús establece un nuevo estándar moral para sus seguidores.

El llamado a la perfección en este contexto no debe entenderse como una exigencia de impecabilidad absoluta o de nunca cometer errores. En cambio, se trata de esforzarse por reflejar los atributos de Dios, como el amor, la misericordia y la justicia, en nuestras acciones y relaciones con los demás.

Este llamado a la perfección es, por lo tanto, una invitación a aspirar a vivir de una manera que imite el carácter divino, no solo en actos individuales, sino en una transformación completa de nuestro ser y nuestras actitudes hacia los demás. Al hacerlo, se busca una vida de santidad y amor que refleje el ejemplo y las enseñanzas de Jesús.

La perfección completa solamente se hallará cuando el creyente disfrute de la vida eterna en el cielo, antes es difícil. Aunque hubo la creencia antes de que el creyente puede llegar a la santidad completa en la tierra, pues nadie pudo lograrla, ni siquiera aquellos que la propusieron. El único ser perfecto en quien nunca se halló pecado alguno fue Jesucristo y Él siempre será nuestro modelo de perfección.

En realidad, esta frase es un llamado a crecer espiritualmente, buscando siempre reflejar los atributos de Dios en nuestras vidas. Es un ideal hacia el cual debemos aspirar, sabiendo que la gracia y la misericordia de Dios nos acompañan en el camino.