Cuando me entero que alguien perdió
a un familiar lo primero que se me viene a la cabeza es la pregunta “¿era
cristiano o no?”. De seguro que el no creyente no le ve sentido hacer esta
pregunta, pero para un renacido por la gracia de Dios es importante. Porque
consideramos que un creyente tiene la vida eterna garantizada, pues lo que nos
dijo Jesús en Jn. 5:24: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y
cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha
pasado de muerte a vida”, éste, entre otros pasajes bíblicos, nos dan la
garantía de que los que abandonan este mundo confiando en Cristo, se irán a
disfrutar una vida plena, de calidad y eterna y esto es lo que nos llena de gozo.
Y, por otro lado, esto resuelve la
pregunta que por años los hombres y la ciencia se han planteado: “¿Por qué el
ser humano vive poco tiempo?”. En los inicios de la creación la cosa no era
así. Dios hizo al hombre eterno, lamentablemente el pecado ingresó al mundo a
causa de la desobediencia del hombre y condicionó a toda su raza a la muerte
que es lo que experimenta ahora.
Ahora, si la persona que se fue no
era creyente ¿qué le puedo decir a su familia? Comprendo que, si una persona
muere sin Cristo, sin haber creído en Él pues bíblicamente hablando se perdió
eternamente. En mi oficio de pastor a veces me tocó ir a los sepelios de
personas no creyentes que encima me pedían que dé unas palabras bíblicas antes
del entierro. Varias veces pensaba ¿y ahora qué hablo? Así que trataba de no
hablar sobre el destino eterno del fulano o fulana y me centraba más en los que
están vivos, para que puedan acceder a la gracia salvadora de nuestro Señor
Jesucristo.
Por eso el autor de Hebreos, dice
en el capítulo 3:15: “entre tanto que se dice:
Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la
provocación”. Si hoy escuchas el evangelio, pues es la oportunidad que Dios te
da para que te arrepientas de tus pecados y puedas acceder a la salvación por
fe. No desestimes esta oportunidad porque de eso depende tu destino eterno; me
doy cuenta que en estos tiempos difíciles que nos toca vivir mucha gente al
parecer no te interesa acercarse a Dios. La estrategia del enemigo de nuestras
almas está funcionando en el sentido de endurecer los corazones para que no
crean en Cristo. Aún así hay gente que sí escucha y es dócil a la voz del
Espíritu y está optando por la salvación. Sea como fuere, Dios te creó para ser
eterno, no para vivir unos pocos años. De hecho, los pocos o muchos años que
viviremos será aquí en la tierra, pero si tienes a Cristo, después de abandonar
este mundo te irás con Él para morar en su Presencia eternamente y para
siempre. ¡Vamos! Hoy es el día de salvación, accede a ella y salva tu alma.
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