lunes, 12 de febrero de 2024

SOMOS LA NIÑA DE SUS OJOS

 



"Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas". Sal. 17:8.

Este versículo ilustra la profunda confianza de David en la protección amorosa y cuidadosa de Dios. La metáfora de ser guardado como a la niña de sus ojos resalta la importancia y el valor que Dios asigna a su pueblo. Así como alguien protege con especial atención a quien aprecia mucho, David clama a Dios para que lo guarde con el mismo cuidado y amor.

La imagen de ser escondido bajo la sombra de las alas de Dios es otra metáfora poderosa que evoca la idea de refugio y protección. Así como un ave protege a sus crías bajo sus alas, David busca la seguridad y el amparo de Dios en medio de las amenazas y peligros que enfrenta.

Si David pudo experimentar el cuidado de Dios en medio de sus luchas, conflictos y adversidades, el creyente puede solicitar a Dios su amparo en sus luchas personales. En estos tiempos de tanta inseguridad y desconfianza debemos pedir a Dios que esté de nuestro lado y nos ayude a salir airosos de nuestros problemas y que podamos sentir, como el niño siente el calor abrazador de la madre afectuosa, el cariño y amor que sólo un Padre amoroso como nuestro Dios sabe prodigar a lo que ama. No dudes de su amor y, por ende, de su protección día a día.

Este salmo siempre nos ha de recordar la importancia de confiar en la protección amorosa de Dios en tiempos de dificultad. Nos anima a buscar refugio en su Presencia y a confiar en su cuidado constante como el más seguro de los refugios.

 

 

 

 

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