Nadie merece la salvación, somos salvos por la gracia y misericordia de Dios. Y esto debes tener en cuenta al ver a otros que andan perdidos y que no necesitan tu crítica ni desprecio, sino compasión y oracion por su salvacion. Aquel que se cree ser salvo y menosprecia a los pecadores, es probable que esté revestido más del espíritu fariseo que del Espíritu de Dios.
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