lunes, 8 de enero de 2024

¿QUIÉNES SE CONDENAN?





"Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda." Ap. 21:8.

 

Este versículo describe la clase de personas que no heredarán el Reino de Dios y las consecuencias de sus elecciones. Aquí hay algunos puntos clave para considerar:

El versículo enumera varios tipos de pecados, incluyendo la cobardía, la incredulidad, la inmoralidad, el asesinato, la idolatría y la mentira. La inclusión de estos pecados destaca la gravedad de alejarse de la voluntad de Dios.

También habla de la "muerte segunda" y el "lago que arde con fuego y azufre" simbolizan el juicio final. Este es un tema que se repite en varios pasajes bíblicos, representando la separación eterna de Dios y las consecuencias para aquellos que persisten en la desobediencia.

Asimismo, el versículo subraya que aquellos que participan en estos pecados enfrentarán consecuencias eternas. La "muerte segunda" indica una separación eterna de la vida eterna y la presencia de Dios.

A través de esta descripción, se presenta un llamado a la santidad y la fidelidad a Dios. Los creyentes son exhortados a vivir vidas que reflejen la voluntad divina y a rechazar las prácticas pecaminosas mencionadas.

La predicación mundial del Evangelio que se ha hecho desde que Cristo ascendió a los cielos tiene por objetivo salvar a las almas de la condenación eterna. Lamentablemente el enemigo de nuestras almas hace un buen trabajo haciendo que la gente desestime las palabras de Jesús o simplemente volviéndola atea. Mientras el hombre se mantenga al margen de Dios la condenación eterna pende sobre él. Es importante entonces amigo que pongas atención a esto si es que te amas a ti mismo y deseas obtener la vida eterna. Dios nos ha hecho las cosas tan sencillas que no exige de ti sacrificio alguno para obtenerla, sino solamente creer en Jesús, claro que a lo largo de tu vida debes mantener esa fe que se ha de traducir en hechos que honren a nuestro Dios. Sólo aquel que tiene a Jesús podrá entender su lenguaje y practicará sus enseñanzas que lo convertirán en un verdadero discípulo suyo.

Es esencial entonces comprender este versículo en el contexto más amplio de la revelación de Juan, que describe el cumplimiento final de la historia y el establecimiento del reino eterno de Dios.

 

 

 

 

 


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CREEN EN DIOS, PERO NO LE CREEN A ÉL