En respuesta a la pregunta sobre una estrategia o sistema
operativo para poder destruir cuerpos celestes peligrosos, Bolden advirtió que
es imposible crearlos a corto plazo. Incluso una misión espacial con armas
nucleares requeriría una gran cantidad de tiempo. Los expertos urgen a mejorar
los sistemas de vigilancia desde el espacio
"Con la información de la que disponemos, no conocemos
ningún asteroide que vaya a poner en peligro a la población de Estados Unidos.
Pero si eso ocurre en las próximas tres semanas, recen", dijo Bolden al
Comité de Ciencia de la Cámara
de Representantes.
El asesor de ciencia de la Casa Blanca, John
Holdren, aseguró que la NASA
está tratando de desarrollar tecnologías que desvíen un objeto que pudiese
pasar demasiado cerca de la
Tierra. Hoy en día la
NASA está siguiendo cerca del 95% de los objetos de mayor
tamaño próximos a nuestro planeta.
"Las posibilidades de que un objeto cercano a la Tierra nos golpee
provocando una enorme cantidad de víctimas y destrucción de infraestructuras
son muy pequeñas pero las consecuencias potenciales de tal acontecimiento son
tan grandes que tiene sentido tomar en serio ese riesgo", subrayó Holdren.
Pero ya la misma ONU, a través de su Comité de Uso Pacífico
del Espacio, ya ha destacado la necesidad de incrementar la coordinación
internacional entre organismos y países activos en este ámbito. Y en el pasado
mes de marzo el Ministerio de Emergencias ruso anunció que organizará un
departamento que se dedique a prestar asistencia a la población en caso de un
'ataque espacial'.
¿CUÁNDO LLEGARÁ OTRO
METEORITO?
El pasado 15 de febrero un meteorito cayó en la región rusa
de los Urales, sembrando el pánico entre la población. La onda expansiva causó
daños en edificios de seis ciudades y más de 1.200 personas resultaron heridas.
Un asteroide como el de Rusia puede chocar con nuestro
planeta una vez cada cien años de media y, de momento, no hay forma de precisar
cuándo tocará el siguiente.
Los científicos de todo el mundo están analizando datos
sobre las rocas celestes. La del estallido de los Urales, un objeto de 10.000
toneladas, fue captado por la red de detección de ultrasonidos; sismógrafos en
todo el mundo registraron el fenómeno y el estallido en el aire fue visto por
un satélite meteorológico. “El objeto viajaba a una velocidad de 64.000 kilómetros
por hora y debió generar miles de fragmentos”, señala Josep María Trigo,
científico del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona.
El trabajo se acumula para los especialistas en asteroides
estos días. También están analizando la información captada del 2012 DA14, que
pasó también como estaba previsto, hace pocas semanas a tan solo 27.700 kilómetros
de distancia del suelo terrestre, por debajo de la órbita habitual de los
satélites de comunicaciones.
“Parece tratarse de un cuerpo alargado y tiene una rotación
de unas siete horas”, señala Jaime Nomen, astrónomo del Observatorio de
Mallorca y descubridor del asteroide 2012 DA14 hace un año. “El asteroide no se
ha roto al pasar junto a la
Tierra, pero ha cambiado su órbita [por el impulso adquirido
con la gravedad terrestre], por lo que, a partir de 2040, podría acercarse
mucho otra vez y suponer un peligro”, dice Trigo.
Lo que está claro es que los sistemas de vigilancia del
cielo son insuficientes, es decir, tienen grandes huecos. El 2012 DA14 se vio,
se calculó su órbita y se determinó que no había riesgo de colisión. El otro,
el de Rusia, no solo era más pequeño (un tercio del diámetro) y, por tanto, más
difícil de detectar, sino que llegó por la cara solar, lo que impide que los
telescopios en tierra en lo vean. “Habría que desarrollar otros sistemas de
vigilancia desde el espacio”, dice Trigo.
Los objetos del rango del que entró sobre los Urales son muy
numerosos en el cielo y muy difíciles de detectar, han advertido los expertos
de la NASA. Pero,
además, de mejorar los sistemas de observación y vigilancia, los expertos
plantean que una apropiada estrategia de protección planetaria frente a estos
desastres naturales no termina con la catalogación de objetos peligrosos, sino
que también debe incluir un sistema de alerta, así como protocolos adecuados
para evacuar territorios en peligro y proteger a la población. Además, podrían
desarrollarse dispositivos capaces de salir al espacio y desviar cualquier roca
amenazante.
Fuentes: El País, RT
Editado por: Protestante Digital 2013
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