jueves, 22 de septiembre de 2011

Oración por México y sus gobernantes

22 de septiembre, 2011. A un costado del monumento a "Los Voladores de Papantla" en Veracruz, México, fueron arrojados 35 cuerpos sin vida en el arroyo central de un camino a la hora pico del día. Las autoridades han reportado que algunos cadáveres pertenecen a los reos que fueron "rescatados" de tres penales del estado hace apenas dos días. Todo indica que el "rescate" fue perpetrado con el fin de ejecutarlos y exponerlos públicamente, dando un mensaje que solamente el destinatario comprende por completo. La violencia en México parece ir escalando y las preguntas son ¿hasta dónde? ¿hasta cuando? ¿dónde está la iglesia del Señor en medio de toda esta descomposición? Como cristianos ¿cuál es nuestra reacción ante estos sucesos? El Señor Jesús nos advierte que en el postrer tiempo, por causa de la multiplicación de la maldad, el amor de muchos se enfriará. ¿Estamos orando, pidiéndole a Dios sabiduría y entendimiento para nuestros gobernantes? ¿Estamos cerrando filas con el Cuerpo de Cristo, doblando nuestras rodillas, intercediendo y clamando en unanimidad? Esta es una guerra espiritual y un ejército dividido no tiene ninguna esperanza de victoria. México está cosechando las consecuencias de siglos de pecado y la gente está sufriendo. Sin embargo, Dios es capaz de detener el juicio a una nación si un grupo de justos se levanta de por medio. ¿A caso no hay más de 10 justos en México? Es evidente que en las iglesias hace falta la oración por quienes gobiernan. Si realmente hubiera una oración persistente viviríamos, como dice la Escritura, "quieta y reposadamente". El hombre sin Dios piensa que su seguridad proviene de las cosas materiales: dinero, refugios, armamento, sistemas de seguridad, etc., pero todo lo que se puede ver con nuestros ojos es temporal y se nos puede quitar y por consiguiente nada de lo que vemos nos puede brindar verdadera seguridad. Los cristianos sabemos que la verdadera seguridad proviene de Dios: Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza, nuestro castillo, nuestra roca fuerte. Solo debajo de sus alas estamos verdaderamente seguros. No reclamemos al hombre para exigir seguridad; clamemos a Dios quien es el único que puede tornar nuestro lamento en baile. No tengamos temor del hombre que solo puede quitar la vida, sino temamos a Dios, el único que puede arrojar al alma en el infierno. Dios es quien está por sobre toda potestad y reino y Él da y quita el poder a quien Él quiere. Ese mismo Señor, quien se enseñorea sobre los reyes de esta tierra, es nuestro mismo Padre Celestial, a quien podemos acudir como un niño acude con su padre. A través de Cristo tenemos acceso libre a Él y escuchará nuestro ruego. La Escritura dice que la oración eficaz del justo puede mucho. Convocamos en este espacio a todos los creyentes en el Señor Jesús, a toda la comunidad cristiana, a todos los nacidos de nuevo, a clamar a Dios en oración unánime por México y sus gobernantes, pidiendo misericordia por este país y que las almas de este pueblo sean redargüidas de pecado y alcanzadas por el Evangelio de Jesucristo; que en las iglesias haya un verdadero avivamiento, uno que lleve a la santidad y un amor genuino que despierte la urgencia por alcanzar las almas que se están perdiendo.

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