jueves, 29 de septiembre de 2011
FE Y BUENA CONCIENCIA
"manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe, algunos" (1 Ti.1:19). No se puede tener fe sin tener buena conciencia, van entrelazadas. Una de las cosas que debemos cuidar con mucho esmero es nuestra conciencia, precisamente de contaminarse de aquello que nos enemiste con Dios. Nada afecta tanto al creyente como el pecado permitido, y que a sabiendas de que es malo y nos daña, pues lo seguimos haciendo. Nuestra conciencia nos acusa, pero no hacemos caso, nos censura, pero nos da igual. Es por eso que hay quienes practican el pecado sin ningùn tipo de remordimiento, y encima dicen que tienen fe en Dios para emprender grandes cosas. No nos engañemos, no existe fe autèntica sin buena conciencia; si èsta està afectada, lo primero que hay que hacer es acercarnos a Dios y arrepentirnos, pero debemos ser sinceros y renunciar a lo que hacemos, si es que queremos que nuestra fe sea restaurada.
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