jueves, 19 de mayo de 2011

Alarma e indignación por desborde de violencia en Guatemala


Por Mayra Rodríguez. Ciudad de Guatemala, jueves, 19 de mayo de 2011 (ALC) - La población guatemalteca despertó aterrorizada la mañana del domingo recién pasado, frente al macabro hallazgo reportado por los medios de comunicación acaecido al norte de este país centroamericano, en lo que sería la más horrenda masacre registrada en tiempos del postconflicto: el asesinato y decapitación de 27 campesinos jornaleros de la Finca Los Cocos, municipio La Libertad, departamento de El Petén, entre los que se cuentan a dos mujeres.
Según las fuerzas de seguridad y autoridades correspondientes el responsable del terrible hecho es el grupo mexicano del narcotráfico denominado Los Zetas, que disputa territorio a los carteles locales y en venganza del dueño de la finca, Otto Salguero, supuesto narcotraficante, a quien dejaron un mensaje escrito, con la misma sangre de los campesinos asesinados, sobre las paredes de la casa patronal.
“Guatemala está sitiada, estamos tocando fondo, esto no puede seguir así”, lamentó monseñor Oscar Julio Vián Morales, Arzobispo Metropolitano, luego de conocer la noticia y afirmó que la violencia que se vive a diario es intolerable, lo cual denota la falta de políticas públicas encaminadas a cubrir la seguridad ciudadana.
Para el pastor presbiteriano Vitalino Similox, secretario general del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, resulta urgente que se solucione esta problemática, que se termine con la impunidad, y para eso es necesario el fortalecimiento de la infraestructura de seguridad y justicia en el país.
Las víctimas de la masacre eran trabajadores temporales y apenas cumplían una semana de trabajar en el lugar. En su mayoría provenían de Izabal, departamento vecino. Fueron contratados por tres meses con la oferta de ganar alrededor de Q4mil 500 quetzales ($575 dólares). No alcanzaron ni los Q250, cuando encontraron la muerte. Eran 25 hombres y dos mujeres, entre los 13 y 33 años de edad. Dos personas sobrevivieron al atentado.
La sociedad guatemalteca no sale del estupor. Los habitantes de El Petén se han sumergido en el miedo, los familiares de las víctimas lloran sin consuelo, en tanto el presidente de la República, Álvaro Colom y su Consejo de Ministros han decretado estado de sitio en el referido departamento, restringiendo algunas garantías constitucionales, con el fin de agilizar las pesquisas, y a pesar de que dicen haber tenido los cuidados para no afectar el proceso electoral, que debe culminar el 11 de septiembre, el Tribunal Supremo Electoral estima que esta medida si traerá inconvenientes. Para otros sectores, esta disposición es inefectiva e inoperante para detener el avance y los ataques del narcotráfico.
El Petén, departamento de Guatemala, mundialmente conocido por albergar en sus entrañas al majestuoso Tikal, sitio arqueológico de la civilización Maya, hoy de nuevo da la vuelta al mundo para dar cuenta del repudiable hecho, que pone de manifiesto la fragilidad de este país frente a la crueldad del crimen organizado y el narcotráfico.

UNIVERSO CRISTIANO

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