sábado, 12 de diciembre de 2015

MÁS ASNO QUE EL ASNO



“El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva” 
Nm. 22:33
Claro en el caso de Balaam fue un asna. El asunto es que a Dios no le agradó que el profeta vaya a encontrarse con el rey de Moab para maldecir a su pueblo. A veces los creyentes podemos estar haciendo cosas que no son agradables a Dios, y pensamos que sí, es su voluntad, pero detrás se encuentra un fin egoísta y mezquino. En realidad Balaam sabía que no debía ir, pero el deseo de ser honrado por el rey que podía darle riquezas y prestigio era lo que en realidad le animaba. Muchos líderes religiosos pueden estar siendo seducidos en servir al Señor, no por el llamado propiamente que hace Dios a sus siervos, un llamado que debe ser acatado incondicionalmente, sino por el llamado del dinero, de la fama, de los aplausos, de las regalías del ministerio que es lo que en realidad buscan. En esto hay que tener cuidado. Dice Pedro: “Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad”, 2 P. 2:15. ¡Cuántos Balaam están ejerciendo el ministerio porque “aman el premio de la maldad”! Creen que el ministerio es una gran oportunidad para lucrar y hacer fortuna, no existe cosa más equivocada que pretender hacerse rico sirviendo a Dios, cuando leo la vida de Jesús, veo a un hombre humilde que nunca tuvo interés de hacerse famoso ni rico. Cuando los judíos querían hacerlo rey, ¿cómo reaccionó nuestro Salvador? Dice la divina respuesta: “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo”, Jn. 6:15. Es más, nuestro Señor prefirió enriquecernos a nosotros aunque Él tenga que ser pobre, como dice Pablo en 2 Co. 8:9: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. ¿Y ahora yo voy a incursionar en el ministerio para buscar riqueza material como hacen muchos que no ven el peligro en que se están metiendo así como Balaam? Claro que la asna fue más inteligente que Balaam, porque le quería salvar la vida pues su camino no era perfecto delante de Jehová. No hagas que tu camino sea despreciable delante de Dios por estar buscando las añadiduras en lugar de buscar el reino de Dios y su justicia. Llamamos burros a los que tienen problemas de entendimiento, pero hubo uno que fue más burro que el burro y ese fue Balaam, y me temo que actualmente en nuestras iglesias hay muchos que se identifican con este nefasto personaje que se desvió de los propósitos de Dios para lucrarse indebidamente.

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AL FINAL DIOS SALDRÁ VICTORIOSO