viernes, 11 de diciembre de 2015

DIOS BENDICE A TODOS, PERO NO TODOS SE SALVAN




“Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano”, Sal. 37:24

Y me pregunto si solo esto es para los creyentes o también para los que no lo son. Claro que Dios tiene misericordia y a quien quiere enaltece y a quien quiere humilla, y no sólo en relación a los que creen en Él, sino que también bendice a los que no lo aman. Acaso no dice la biblia: “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”, Mt. 5:45. Si Él hace salir el sol y la lluvia sobre malos y buenos entonces también puede bendecir a todos como le plazca hacerlo. Sé que hay creyentes que pasan dificultades económicas, y sé que hay incrédulos que son bendecidos materialmente y viceversa. Y claro, uno se pregunta, “¿cómo es esto? Yo soy hijo de Dios y estoy pasando las de Caín, en cambio, mi vecino que no va a la iglesia  no lee la biblia y ni le interesa hacerlo, pues le va bien en los negocios”. Es verdad, pero también hay que  ver que muchos que no temen a Dios hacen negocios fraudulentos y son prosperados, entonces no siempre los que son prosperados de esta forma son bendecidos por Dios. Pero no cabe duda de que  Dios levanta y bendice a los que le aman y que con ellos es su contentamiento, aunque también lo puede hacer con los que no lo aman, pero lo hace para que ellos sepan que hay un Dios que se interesa por ellos, o como diría el apóstol Pablo: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”, Ro. 2:4. Sea como fuere, Él es soberano hace las cosas según sus designios, nuestro Dios ama a todos y desea que todos se salven aunque en la práctica no sea así, porque al final muchos se salvan por la fe en Cristo, y muchos se condenan por negarlo. Lo que debes entender es que Dios quiere ayudar al caído y desea bendecirlo, pero también desea que se salve, y Él quiere salvarte, independientemente de tu status social, económico o lo que fuere. Busca tu salvación, pues te aseguro que los que aman a Dios sean pobres o ricos serán salvos, pero los que no lo aman sean ricos o pobres se condenan. Que Dios te libre de ser de estos últimos, recibe a Cristo en tu corazón.

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AL FINAL DIOS SALDRÁ VICTORIOSO