“Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque
Jehová sostiene su mano”, Sal. 37:24
Y me pregunto si solo esto es para los creyentes o
también para los que no lo son. Claro que Dios tiene misericordia y a quien quiere
enaltece y a quien quiere humilla, y no sólo en relación a los que creen en Él,
sino que también bendice a los que no lo aman. Acaso no dice la biblia: “para
que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”, Mt. 5:45. Si
Él hace salir el sol y la lluvia sobre malos y buenos entonces también puede
bendecir a todos como le plazca hacerlo. Sé que hay creyentes que pasan
dificultades económicas, y sé que hay incrédulos que son bendecidos
materialmente y viceversa. Y claro, uno se pregunta, “¿cómo es esto? Yo soy
hijo de Dios y estoy pasando las de Caín, en cambio, mi vecino que no va a la
iglesia no lee la biblia y ni le interesa hacerlo, pues le va bien en los
negocios”. Es verdad, pero también hay que ver que muchos que no temen a
Dios hacen negocios fraudulentos y son prosperados, entonces no siempre los que
son prosperados de esta forma son bendecidos por Dios. Pero no cabe duda de que
Dios levanta y bendice a los que le aman y que con ellos es su
contentamiento, aunque también lo puede hacer con los que no lo aman, pero lo
hace para que ellos sepan que hay un Dios que se interesa por ellos, o como
diría el apóstol Pablo: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad,
paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al
arrepentimiento?”, Ro. 2:4. Sea como fuere, Él es soberano hace las cosas según
sus designios, nuestro Dios ama a todos y desea que todos se salven aunque en
la práctica no sea así, porque al final muchos se salvan por la fe en Cristo, y
muchos se condenan por negarlo. Lo que debes entender es que Dios quiere ayudar
al caído y desea bendecirlo, pero también desea que se salve, y Él quiere
salvarte, independientemente de tu status social, económico o lo que fuere.
Busca tu salvación, pues te aseguro que los que aman a Dios sean pobres o ricos
serán salvos, pero los que no lo aman sean ricos o pobres se condenan. Que Dios
te libre de ser de estos últimos, recibe a Cristo en tu corazón.
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