lunes, 24 de marzo de 2025

EL EGO DEL PASTOR

 



Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. (1 P. 5:2-3)

 

En el mundo cristiano, el liderazgo es un llamado divino, no un título para la exaltación personal. Sin embargo, en muchas congregaciones observamos líderes que han caído en el engaño del ego, convirtiéndose en figuras autoritarias que buscan dominio en lugar de servicio. Este fenómeno no es nuevo, pero en nuestros tiempos se ha vuelto más evidente debido al poder y la influencia que algunos líderes religiosos han acumulado.

El peligro del complejo de superioridad

Cuando un líder comienza a sentirse superior a los demás, corre el riesgo de perder de vista su verdadera misión. En lugar de ser un siervo de Dios, empieza a verse a sí mismo como el dueño de la iglesia y de las vidas de quienes lo siguen. Jesús nos advirtió sobre esto en Mateo 23:11-12: "El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." La grandeza en el reino de Dios no se mide por la cantidad de seguidores, sino por el nivel de servicio y humildad.

Pastores como dueños de la iglesia

Lamentablemente, vemos casos en los que ciertos líderes han convertido la iglesia en su propiedad personal. En lugar de ser administradores de lo que es de Cristo, se han convertido en dictadores dentro de la congregación, manejando los recursos de la iglesia a su antojo. Ezequiel 34:2-3 advierte sobre estos falsos pastores: "¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar a las ovejas? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la oveja engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas."

El liderazgo basado en el ego siempre busca el beneficio personal antes que el bienestar del pueblo de Dios. El verdadero pastor es aquel que se sacrifica por su congregación, tal como Jesús nos mostró en Juan 10:11: "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas."

El problema del empoderamiento excesivo

Algunos líderes religiosos han asumido un nivel de poder tan alto que esperan ser tratados como reyes en sus iglesias. Sus seguidores los veneran, les rinden honores y obedecen ciegamente sus órdenes sin cuestionarlas. Esta actitud es contraria al espíritu del evangelio. En 1 Pedro 5:2-3, el apóstol exhorta a los pastores: "Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey."

Cuando un líder religioso exige reverencia y sometimiento absoluto, ha olvidado que la autoridad en la iglesia proviene de Cristo, no de los hombres. Jesús nos dio un ejemplo claro en Juan 13:14-15 al lavar los pies de sus discípulos, mostrando que el liderazgo cristiano es servir, no ser servido.

El llamado a la humildad

El ego del líder religioso solo puede ser vencido con un genuino retorno a las Escrituras y a la humildad de Cristo. Filipenses 2:5-7 nos dice: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo." Si el propio Hijo de Dios se humilló para servir, ¿cuánto más los líderes humanos deberían seguir su ejemplo?

La iglesia necesita pastores y líderes que reflejen el carácter de Cristo, que guíen con amor y servicio, y que entiendan que su autoridad es para edificar y no para imponerse sobre los demás. El verdadero liderazgo cristiano es un llamado al sacrificio, la humildad y la obediencia a Dios, no un título para la exaltación personal.

 

No hay comentarios:

SEGURIDAD EN CRISIS

  La violencia y criminalidad en el Perú han alcanzado niveles alarmantes. Noticias de robos, extorsiones, secuestros y asesinatos se han vu...