Los mejores hombres de Dios en la biblia siempre han estado en comunión íntima con El. Hoy tenemos una comunidad de creyentes grande, tenemos templos sobrepoblados, pero cuántos realmente están en su Presencia, cuántos lo buscan de verdad? La iglesia debe medir su fuerza de impacto no gracias a su influencia social, o por sus templos bien estructurados, ubicados y cómodos, sino en base a su consagración, fidelidad y obediencia al Creador. Si la sociedad agoniza por causa del pecado y se hunde moral y espiritualmente, la iglesia no debería alzar su voz, y denunciar el pecado? No deberia ser la voz de los debiles y explotados? No debería buscar la justicia social y ser un ente que ayude a obstruir el avance de la maldad y la corrupción?
No quiero ser un aguafiestas, pero percibo que la iglesia está cada vez más lejos de estos problemas sociales y vive encerrada en sus cuatro paredes. La mentalidad centrípeta de muchos líderes religiosos creo que no condice con la actitud centrífuga de nuestro Salvador que dijo "id por todo el mundo", enseñando a sus dicipulos a salir y buscar al perdido y para hacerlo se requiere de valor, poder, gracia y unción que solo es posible con la ayuda del Espíritu Santo.
Como dije los mejores hombres de Dios, usados poderosamente por Él eran hombres que estaban constantemente en su Presencia, lo buscaban de verdad, acaso no hace falta lo mismo en la iglesia de hoy? No dudo de que haya algunos, pero temo que el grueso de la iglesia vive atrapada y distraída en otras cosas, dejando de lado las disciplinas espirituales y en muchos casos coqueteando con el mundo, Dios nos ayude a no ser como la iglesia de Laodicea que decia: "Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo." Ap. 3:17.
Sí, requerimos hacer una nueva lectura del texto bíblico, debemos dejar las modas y los modelos eclesiásticos que no nos ayudan a profundizar nuestra fe, volvamos a la sencillez de la palabra de Dios y seamos lo que siempre debimos ser: agentes de cambio o como decía el Señor, "luz y sal", seamos realmente la iglesia poderosa de Cristo. "Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios".., Hch. 4:31.
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