El que ama a Cristo sabe lo que cuesta seguirlo, sabe que se expone a peligros, humillaciones, detracciones de todo tipo, incluso la muerte. Si tienes a Cristo en tu corazón estás en lo correcto, pero no pienses que el mundo te va apreciar por eso. El enemigo de nuestras almas controla la mente del mundo al cual conduce por sendas oscuras; es el promotor de todas las ideologías y sistemas filosóficos que no han tenido otra intención sino que desvirtuar a Dios y menospreciar a Cristo.
Que lo hace con mucho éxito eso no tiene duda, pero el creyente que conoce sus artimañas siempre estará solícito para desenmascararlo y como esto no le agrada al diablo, pues desata toda su ferocidad contra la iglesia o todo lo que esté relacionado con ella. Dios en estos tiempos llama a su iglesia a hacer uso de toda la armadura de la fe, los tiempos son peligrosos y no sabemos, que así como persiguen a los cristianos en los países donde existe la intolerancia religiosa, pues se pueda desatar algo similar en occidente. Y es entonces donde deben manifestarse los creyentes valientes, denodados y esforzados para seguir blandiendo el pendón de la fe y no amilanarse. Sigamos confiando en Cristo y no desamyemos porque "nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma", He. 10:38-39.
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