La
Lavandería de las Magdalenas de la Sean McDermott
Street, en Dublín, y otras instituciones similares, encerraban una historia tan
cruel como inverosímil: desde 1922 hasta 1996 estas instituciones, dirigidas
por la Iglesia
Católica, obligaron a trabajar en condiciones precarias a más
de 10.000 mujeres. Este martes el Gobierno irlandés ha reconocido su parte de
culpa.
De 1922 a
1996, las mujeres conocidas como Magdalenas fueron enviadas a
"asilos", en donde trabajaban largas horas en lavanderías, cumpliendo
así sentencias de cadena perpetua simplemente por ser madres solteras o mujeres
con valores morales "desviados".
La mayoría de ellas
enviadas fueron enviadas en contra de su voluntad a estas instituciones
dirigidas por la Iglesia
católica donde no recibían sueldo, pensión ni protección social. Al contrario,
miles de menores fueron objeto de abusos sexuales y torturas físicas y
psíquicas en estas instituciones
estatales regentadas por religiosos de Irlanda durante casi 70 años, reveló un
informe elaborado por una comisión gubernamental en 2009.
SILENCIO E
INDIFERENCIA DE LA
JERARQUÍA CATÓLICA
El texto que contenía
las conclusiones de la investigación oficial del Gobierno, que se hizo público
en 2009, lanzaba duras críticas contra la jerarquía católica irlandesa, a la
que acusa de pasividad ante los abusos cometidos por individuos reincidentes. Entre
las órdenes religiosas investigadas figuran las Hermanas de la Misericordia -a cargo
del mayor número de instituciones para menores-, los Hermanos Cristianos -el
principal gestor de instituciones para chicos de entre 10 y 16 años de edad- y
las Hermanas de Nuestra Señora de la
Caridad y Refugio.
Estas últimas, las
paradójicamente llamadas Hermanas de de la Caridad y Refugio administraban las infames
'Lavanderías de la
Magdalena', popularizadas por la película 'Las hermanas de la Magdalena' (2002),
donde se recluía a jóvenes de supuesta vida disoluta bajo un régimen de
esclavitud y continuas humillaciones.
El informe denuncia que la principal preocupación de las
órdenes ante los terribles hechos que se producían era "la mala publicidad
y los potenciales escándalos" que se generarían si se llegaba a conocer el
verdadero alcance de los abusos.
El presidente de la Comisión, el magistrado
Sean Ryan, aseguró que las autoridades eclesiásticas abordaban las denuncias de
abusos sexuales trasladando a los agresores a otro lugar, donde, "en
muchos casos", volvían a delinquir. "El bienestar general de los
niños no se tomaba en consideración", recalca el documento.
LA IGLESIA CATÓLICA
PIDIÓ PERDÓN PÚBLICAMENTE
El primado de la Iglesia Católica
irlandesa, el cardenal Sean Brady, pidió disculpas cuando en 2009 se hizo
público el resultado de la investigación oficial y dijo sentirse
"avergonzado". El informe, dijo el primado, "documenta un
catálogo vergonzoso de crueldad, abandono, de abusos físicos, sexuales y
emocionales”.”El informe arroja luz sobre un periodo oscuro del pasado. La
publicación de este extenso documento y análisis es un paso bienvenido e
importante para establecer la verdad, para dar justicia a las víctimas y para
asegurar que semejante abuso no vuelva a suceder", subrayó Brady.
El cardenal reconoció el "gran daño y sufrimiento"
que se ha causado a "algunos de los menores más vulnerables de nuestra
sociedad", al tiempo que confió que estas revelaciones "ayuden a
curar el dolor de las víctimas". "La Iglesia Católica
-aseguró- continúa decidida a hacer todo lo que sea necesario para convertir a la Iglesia en un lugar
seguro, alegre y proveedor de vida para los niños". "Lo siento
profundamente y estoy avergonzado de que menores hayan sufrido de maneras tan
horribles en estas instituciones", añadió Brady.
AHORA, TAMBIÉN EL
GOBIERNO
“El estigma que
persigue a todos las personas, a los 10.000 personas que trabajaron en las
lavanderías de las Magdalenas necesita ser eliminado y debería haber sido
eliminado hace tiempo. Realmente siento que no haya sido así”, ha lamentado
este pasado martes el primer ministro, Enda Kenny.
La investigación ha revelado que más de 2.000 de estas
mujeres fueron enviadas a las lavanderías por las autoridades. Las condenadas,
la mitad de ellas menores de 23 años, eran forzadas a realizar estos trabajos
por ser consideradas mujeres amorales: madres solteras, prostitutas, o
simplemente vagas a ojos de la iglesia.
Según la
Comisión que estudió lo ocurrido, los maltratos no se
denunciaban normalmente, pero en una ocasión en que el Ministerio de Educación
fue alertado al respecto, sus responsables actuaron en connivencia con los
religiosos para mantener la cultura del silencio imperante. Por lo general las
autoridades educativas irlandesas optaban por ignorar las acusaciones de abusos
sexuales y nunca presentaron estas quejas ante la Garda (la policía
irlandesa).
CAÍDA DE LA RELIGIÓN EN IRLANDA
Con todo esto no es
extraño que la República
de Irlanda, un lugar con una fuerte tradición católica, con unas cifras
similares a las que presenta España en cuanto a la práctica religiosa, a pesar
de que un 70% de la población se considera católica, la mayoría reconoce que la
espiritualidad no juega un papel importante en la vida. De hecho, hay 118 cosas
más importantes, según una encuesta realizada por la empresa VitalSigns.
“Lo menos importante para nosotros - así que no es que sea
poco importante, pero es el menos importante para nosotros - es la religión y
la espiritualidad”, dijo Tina Roche, director general de la Fundación de la Comunidad para Irlanda,
la entidad que organizaba la encuesta. “2012 fue un año difícil para la
religión. Creo que con el tiempo, eso va a cambiar. La religión sigue siendo
muy importante, pero no tanto”.
La encuesta, realizada por VitalSigns, pidió a más de 600
participantes entre septiembre y octubre de 2012 que clasificaran en orden de
importancia 119 aspectos, entre ellos la educación, la salud, el medio
ambiente, los servicios para ancianos, y otros. En la encuesta, la religión y
la espiritualidad tuvo los porcentajes más bajos, ocupando el último lugar de
las 119 opciones.
Las áreas consideradas más importantes para la vida de la
gente fueron la educación, seguido por las preocupaciones ambientales y el
bienestar de los niños.
Los resultados son
consistentes al compararlos con una encuesta mundial realizada por Gallup sobre
la fe y el ateísmo, que demostró que Irlanda experimentó una de las más
abruptas caídas de la religiosidad en el mundo en los últimos años. Menos de la
mitad de los ciudadanos irlandeses, o sólo un 47 por ciento, dijeron que
consideraban a sí mismos religiosos, mientras que el 10 por ciento se
identifica como ateo.
Fuentes: Efe, La Vanguardia
Editado por: Protestante Digital 2013
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