Vivimos
en una era marcada por un alejamiento progresivo de los valores espirituales.
La figura de Dios revelado en la Biblia es cada vez más reemplazada por
ideologías humanistas, filosofías relativistas, espiritualidades sincréticas y
creencias que exaltan al hombre por encima del Creador. Esta tendencia no es
casualidad ni una sorpresa para quienes conocen las Escrituras. Se trata de la
apostasía profetizada por los profetas, Jesús y los apóstoles como una señal
clara del tiempo del fin.
“Nadie
os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición.”
–
2 Tesalonicenses 2:3
¿QUÉ ES LA APOSTASÍA?
El
término griego ἀποστασία (apostasía) significa deserción, abandono, rebelión.
En el contexto bíblico, se refiere a un abandono consciente y deliberado de la
fe verdadera en Dios. No se trata solamente de personas que nunca han creído,
sino de sociedades y hasta comunidades religiosas que, habiendo conocido la
verdad, la desechan.
Hoy,
esta apostasía se manifiesta en diversas formas:
·
Rechazo
de la autoridad de la Palabra de Dios.
·
Relativización
del pecado.
·
Aceptación
de doctrinas antibíblicas bajo el disfraz de inclusión o progreso.
·
Idolatría
moderna: dinero, poder, ciencia sin Dios, entretenimiento.
·
Religión
sin conversión, sin arrepentimiento, sin santidad.
CONSECUENCIAS DE LA APOSTASÍA GLOBAL
La
crisis espiritual siempre lleva a una crisis moral y social. Cuando las
naciones abandonan a Dios, también abandonan los principios que sostienen la
justicia, la dignidad humana y la verdad. Por eso, vemos:
·
Aumento
de la violencia y el odio.
·
Guerras,
injusticias y corrupción.
·
Desprecio
por la vida: aborto, eutanasia, ideologías que confunden la identidad humana.
·
Crisis
familiar y destrucción de valores fundamentales.
·
Esclavitud
moderna al placer, al materialismo y a ideologías sin Dios.
Jesús
mismo advirtió: “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se
enfriará.”– Mateo 24:12
PREPARACIÓN PARA EL ANTICRISTO
Toda
esta decadencia espiritual está preparando el escenario para la manifestación
de un líder mundial carismático pero blasfemo, que será la encarnación del
rechazo a Dios: el Anticristo.
“...conforme
a la operación de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos.” –
2 Tesalonicenses 2:9
Este
líder no solo perseguirá la verdad, sino que su ascenso será posible gracias a
la ceguera espiritual de las multitudes, que ya no quieren oír la verdad, sino
lo que les agrada no hacerlo.
¿QUÉ DEBE HACER LA IGLESIA?
La
Iglesia verdadera está llamada a perseverar, predicar y orar. No debemos temer,
sino estar alertas y mantenernos firmes:
·
Permanecer
en la Palabra: no negociar la verdad.
·
Predicar
el Evangelio con urgencia.
·
Orar
por discernimiento en tiempos de engaño.
·
Vivir
en santidad, como antorchas en medio de la oscuridad.
·
Esperar
con fe el retorno glorioso de Cristo.
“Pero
el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” – Mateo 24:13.
La
apostasía no es una teoría, es una realidad profética que estamos viendo
desarrollarse ante nuestros ojos. Pero esta oscuridad no debe desanimarnos,
sino empujarnos a ser luz en medio de las tinieblas. Cristo viene pronto, y
nuestra tarea es mantenernos fieles hasta el final, con la mirada puesta en Él,
el autor y consumador de nuestra fe.
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