"Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres."— Colosenses 3:23
Hoy
celebramos el esfuerzo de millones de trabajadores, pero como creyentes,
recordamos que el trabajo es un regalo de Dios. Desde el Edén, el Señor dio al
hombre la misión de cuidar, producir y desarrollar. Trabajar no solo es una
necesidad, es también una forma de glorificar a Dios.
·
Cuando
trabajas con integridad, amas a tu prójimo.
·
Cuando
das lo mejor, honras al Señor.
·
Cuando
sirves con alegría, eres luz en tu entorno.
Que en este
Día del Trabajo podamos agradecer al Señor por la fuerza, la salud y las
oportunidades que nos da. Y si estás pasando por desempleo o dificultades
laborales, no te desanimes: Dios es proveedor y abre caminos donde no los hay.
Oración:
Señor,
gracias por el don del trabajo. Ayúdame a hacerlo con excelencia y pasión, no
para agradar a los hombres, sino para honrarte a Ti. Multiplica mis esfuerzos y
abre nuevas puertas según tu voluntad. Amén.
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