lunes, 22 de abril de 2024

Jesús sirvió de Gracia



Jesús sirvió a Dios de gracia. Nunca se aprovechó de su investidura para lucrar: no cobró por los milagros, no tenía sueldo, ni gratificaciones. No tenía CTS ni AFP, vacaciones, ni gollerias por cargos ministeriales, aunque estas cosas no existían en esos tiempos; tampoco tenía tarifas para cobrar sus predicas. No tenía casa, ni carro (tampoco existía, apenas un burrito para su entrada a Jerusalén y prestado) ni se hospedaba en lujosos hoteles, a pesar de ser muy solicitado no se aprovechó de su influencia y poder para beneficiarse a sí mismo. No tenía seguro de sepelio, pues a su muerte un hombre rico le prestó una tumba para ser enterrado. No tenía estabilidad laboral, ni seguros oncológicos, seguros de vida u otros.

Cuando veo que muchos siervos de Dios disfrutan de todo esto y se preocupan por tener todo aquello que les pueda reportar un un buen nivel de vida, una buena jubilación y mantener un status holgado porque tienen una institución que les garantiza todo esto, también pienso que hay miles de siervos que sirven al Señor no teniendo nada, apenas un exiguo sueldo o simplemente una ofrenda y cuando son viejos simplemente no tienen jubilación ni nada y viven con poco, pero saben que el que anda por fe Dios nunca lo desampara. Sí, es verdad, las desigualdades existen hasta en el ámbito de la iglesia. Hay quienes se preocupan por tener y mantener su buen estatus más que el servicio fiel y hay quienes se preocupan más por el servicio fiel que por el estatus. Estos últimos podrán ser criticados y juzgados de negligentes y no creo que sean tales porque su preocupación no está en hacer riquezas en la tierra, sino en el cielo de donde recibirán su verdadera recompensa, pues aquellos que se preocupan más por lo material que por lo espiritual, ya la recibieron.

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