NO HAY JUSTICIA PORQUE ESTAMOS LEJOS DE DIOS

 

“Recorran las calles de Jerusalén, observen con cuidado, busquen por las plazas. Si encuentran una sola persona que practique la justicia y busque la verdad, yo perdonaré a esta ciudad”. Jer. 5:1.

Una de las razones de porqué Dios mandó a su pueblo al cautiverio fue por la injusticia que veía por doquier. La biblia nos dice que Dios es un Dios justo, dice el Sal. 9:16:  “Al Señor se le conoce porque imparte justicia…”. Y no sólo no le gustó ver la injusticia en su pueblo, sino que tampoco le gusta verla en todas las naciones, porque todas ellas le pertenecen.

Analizando la situación de nuestro país, el Perú, pues pienso que nuestro Dios no se agrada de verlo hundido en la corrupción, la inseguridad y la injusticia, todo esto producto Del pecado que gobierna al hombre y que se traduce en la inestabilidad política, económica, pero añadiría a eso, y no menos importante, la crisis de valores que existe en los hogares donde no se imparte una sana educación moral y espiritual. La ausencia de valores se debe a que Dios también está ausente.

Un reporte de la Policía Nacional (año 2021), dice que “de enero a noviembre, se registraron 512 homicidios en Lima Metropolitana; de los cuales 225 fueron indicados como sicariato. En el Callao, en el mismo periodo, se cometieron 264 asesinatos, de los cuales 205 son investigados como por encargo. Es decir, de enero a noviembre, se registraron 776 homicidios en Lima y Callao, de los cuales el 56% (430) son investigados como sicariato”. Y Osiptel informó que se roban, en promedio, cerca de 4 mil celulares al día con el consecuente daño físico que se realiza a las víctimas. Es angustiante escuchar estas cosas día a día que no sólo generan un sabor amargo al ciudadano que quiere vivir tranquilo, sino que reporta también un sentimiento de impotencia porque tenemos autoridades que no hacen nada al respecto, o si hacen algo, pues no se percibe porque la cosa sigue igual y va empeorando.

A pesar de que existen científicos sociales que pueden analizar con mucha objetividad estos temas, la verdad es que tampoco se les escucha, no tenemos un gobierno que busque ayuda y consejo, a pesar que dice que lo hace. No se trata sólo de sacar a los militares a las calles para detener la delincuencia, no se trata de poner más policías. El tema no es de forma, es de fondo. Se requiere que se trabaje desde las células básicas de la sociedad que son las familias, se requiere de una re-educación en temas de valores en los hogares. La verdad es que si abandonamos a las familias, si dejamos que los hogares se sigan volviendo disfuncionales pues seguiremos igual y peor.

En mi humilde entender, de acuerdo a lo que observo, según mi perspectiva bíblica es que si los hogares le cierran la puerta a Dios cosecharán más de la miseria moral que ahora vemos. Si Dios está ausente del corazón de los hombres, pues tendrán un destino que se va a traducir en los males que aquejan hoy a nuestro país: corrupción, violencia, inseguridad e injusticia.

Dios quería ver si había alguien que practicara la justicia en su pueblo y no lo halló, y los mandó al cautiverio, tuvieron que vivir esclavizados por 70 años hasta que Dios se acordó de ellos y los liberó; quedó sólo un pueblo débil, una imagen pálida de lo que era antes Israel en los tiempos de la edad de oro con Saúl, David y Salomón. ¿Qué le espera a nuestro país si dejamos a Dios de lado? ¿Qué le espera a nuestra nación que todos queremos si trastocamos los valores que Dios nos revela por su palabra para cambiarlos por ideologías nefastas que nos degradan más moral y espiritualmente? Bueno la respuesta es clara, hundirnos más en el fango del pecado y seguir viendo que la injusticia y la corrupción galopan a su antojo.

Mi querido amigo, Cristo vino hace muchos siglos para darnos la esperanza de una sociedad nueva, no construida con manos humanas, no necesariamente con el gobierno de los hombres, sino con el gobierno suyo donde habrá verdadera justicia, donde ya no habrá el lamento, la tristeza y las desgracias que vemos a diario a causa del pecado, a causa de que el hombre le dio la espalda al Creador. Lo que pasa en nuestro país, pues pasa en todo el mundo, pero el mensaje de Cristo se sigue anunciando, porque Dios quiere seguir salvando gente y lo está haciendo. Si crees en Cristo permitirás que Él reconstruya tu vida y tu hogar, y como le dijo Pablo al carcelero de Filipos: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos…”. Hch. 16:31.

Si realmente nuestro país le abriera las puertas a Dios, si nuestras autoridades fueran sensibles a la voz del evangelio, otra sería la historia, pero los corazones de muchos están tan endurecidos, entonces creo que seguiremos viendo más de lo mismo. Mi oración es que esto cambie, y de seguro que Dios de alguna manera actuará, porque hay una iglesia que clama, que dobla sus rodillas y quiere que se vean los cambios, que sólo los puede producir Dios. De hecho, que si Dios empieza a obrar en favor nuestro por el clamor de su iglesia, no faltará quienes se atribuyan a sí mismos la gloria y la sociedad los aplauda. Sí, le robarán la gloria al Creador, pero no interesa, porque su pueblo sabe que cuando las cosas cambian para bien es porque Dios está interviniendo y es el único que merece la gloria y la adoración. Si Él mueve los hilos de la historia del mundo, de la sociedad y de tu propia vida, pues sólo a Él debes mirar y en cual confiar para que el destino de tu vida pueda cambiar. Dios te guarde.

Walter Delgado

instrenacer@yahoo.com