lunes, 19 de octubre de 2015

NO BUSQUES TU PROPIA GLORIA



No te preocupes por hacerte famoso entre los hombres, preocúpate por hacerte conocido delante de Dios. Hay muchos que quieren el prestigio humano, pero no se dan cuenta que están llamados a honrar a Dios. La gloria de los hombres no es bien vista por el Señor, pues el Señor Jesús decía de ella: “Gloria de los hombres no recibo”, Jn. 5:41. Ahora también existen aquellos “creyentes” que no se dan a conocer como tales, porque no quieren ser avergonzados, burlados o humillados y como decía Jesús “amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios”, Jn. 12:43. Hay que tener cuidado con estas cosas, en estos tiempos en que todo el mundo quiere hacerse notar, motivado más por un amor propio que por amor a Dios, pues sin darse cuenta puede estar sutilmente cayendo en las garras del maligno que también te puede dar prestigio, dinero, aplausos y todo lo que esto conlleva para luego meterte la zancadilla y hacerte caer y arruinarte moral y espiritualmente. ¡Y cuánto se goza el enemigo cuando hace caer a un siervo de Dios! Estamos llamados a servir a Dios con humildad, estamos llamados por Dios para honrarlo a Él, no le robes la gloria al Señor, aprende de Juan el bautista que decía: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”, Jn. 3:30. Te dije que te preocupes por hacerte conocido delante del Señor, sí y es menester que estemos seguros que somos sus hijos, que estamos haciendo su voluntad y que le agradamos. Y no interesa si eres un hombre destacado y reconocido, o estés trabajando en perfil bajo en un lugar donde nadie te conoce. Sea que estés arriba o abajo en el peldaño de la fama si eres conocido por Dios esto es suficiente. Cuando los setenta discípulos de Jesús regresaban después de haber tenido una campaña victoriosa de evangelismo, milagros y liberación, ellos se gozaban de tremendas hazañas, pero Jesús les dijo: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”, Lc. 10:20. Si eres conocido por Dios, pues tu nombre está escrito en los cielos, esto es importante sin dejar de hacer lo otro, pero lo otro no lo haces tú, lo hace el Señor. Que el Señor te guíe a servirle y cuando veas el reconocimiento, la fama, los aplausos, que estas cosas no te obnubilen, sino dale toda la gloria al Señor, si lo haces, Él te honrará: “… porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco” 1 S. 2:30.

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Una pequeña locura