martes, 18 de agosto de 2015

JESÚS Y LOS SUPERHÉROES



“Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho”, Ex. 8:19.
Cuando Dios manifestaba su gran poder a través de Moisés en Egipto, llegó el momento cuando los hechiceros ya se sentían impotentes y fue cuando hicieron esta declaración: “Dedo de Dios es éste”. El Señor permite por la capacidad que el ser humano tiene y que Dios le dio de poder hacer cosas que nos sorprenden; no falta aquellos que creen que con su ciencia y conocimientos pueden desafiar al Creador. Imbuidos por su soberbia tonta pretenden ser iguales a Él. La ciencia no es mala en sí, es malo el ser humano cuando endurece su corazón y no quiere aceptar que hay una mente inteligente, superior a él, que lo habilitó para pensar y crear también. Los hechiceros del tiempo de faraón eran respetados y considerados, eran lo que son los científicos de hoy que con sus “artes y ciencia” hacen cosas que sorprenden a los faraones de nuestra época que lideran y detentan el poder. Un poder que es usado muchas veces con fines egoístas y perversos como en el tiempo de Moisés. A pesar de la dureza humana, cuando se haga manifiesto el dedo de Dios hará que la ciencia del hombre y su soberbia finalmente quede obcecada ante la grandiosidad de nuestro Dios que es incomparable. Los hombres quieren imitar a Dios, sí pueden hacerlo, pero nunca tendrán la contundencia ni la efectividad de su propósito. Cuando Cristo cumplió con su plan de redención no faltaron los “iluminados” que han querido imitarlo, y claro lo han hecho y lo hacen pésimamente. El último que intentará imitarlo y claro sin conseguirlo será el Anticristo, de quien se sabe cuál es su agenda y también su triste final. Hoy la gente no quiere reconocer al verdadero Mesías, a Jesucristo; la gente prefiere ignorarlo y crearse falsos mesías que se constituyen en ilusos salvadores que sólo figuran en las películas y revistas de la ciencia ficción. Tenemos a Iron Man, a Superman, al Hombre Araña, a Batman, a los Cuatro Fantásticos, los Vengadores, etc. Todos estos son, con el respeto que se merecen los fanáticos,  una parodia del verdadero Salvador que sí cumplió su objetivo y no sólo eso, sino que viene por segunda vez para llevarse a su iglesia. No vivas engañado por los comics, por las películas de ciencia ficción, son estrategias del diablo para que no te acerques al verdadero Salvador que es Jesús. La Biblia dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch.4:12). Acércate a Cristo por la fe, recíbelo en tu corazón, ninguno de los falsos cristos o superhéroes lograrán salvarte de la condenación y la muerte, ninguno de ellos te dará el perdón de tus pecados y la vida eterna, solamente Jesús puede hacerlo. Sólo Él, resucitó y dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Jn. 11:25).

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Todo lo puedo en Cristo