“Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios
es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová
lo había dicho”, Ex. 8:19.
Cuando Dios manifestaba su gran poder a través de Moisés
en Egipto, llegó el momento cuando los hechiceros ya se sentían impotentes y
fue cuando hicieron esta declaración: “Dedo de Dios es éste”. El Señor permite
por la capacidad que el ser humano tiene y que Dios le dio de poder hacer cosas
que nos sorprenden; no falta aquellos que creen que con su ciencia y conocimientos
pueden desafiar al Creador. Imbuidos por su soberbia tonta pretenden ser
iguales a Él. La ciencia no es mala en sí, es malo el ser humano cuando
endurece su corazón y no quiere aceptar que hay una mente inteligente, superior
a él, que lo habilitó para pensar y crear también. Los hechiceros del tiempo de
faraón eran respetados y considerados, eran lo que son los científicos de hoy
que con sus “artes y ciencia” hacen cosas que sorprenden a los faraones de
nuestra época que lideran y detentan el poder. Un poder que es usado muchas
veces con fines egoístas y perversos como en el tiempo de Moisés. A pesar de la
dureza humana, cuando se haga manifiesto el dedo de Dios hará que la ciencia
del hombre y su soberbia finalmente quede obcecada ante la grandiosidad de
nuestro Dios que es incomparable. Los hombres quieren imitar a Dios, sí pueden
hacerlo, pero nunca tendrán la contundencia ni la efectividad de su propósito.
Cuando Cristo cumplió con su plan de redención no faltaron los “iluminados” que
han querido imitarlo, y claro lo han hecho y lo hacen pésimamente. El último
que intentará imitarlo y claro sin conseguirlo será el Anticristo, de quien se
sabe cuál es su agenda y también su triste final. Hoy la gente no quiere
reconocer al verdadero Mesías, a Jesucristo; la gente prefiere ignorarlo y
crearse falsos mesías que se constituyen en ilusos salvadores que sólo figuran
en las películas y revistas de la ciencia ficción. Tenemos a Iron Man, a
Superman, al Hombre Araña, a Batman, a los Cuatro Fantásticos, los Vengadores, etc.
Todos estos son, con el respeto que se merecen los fanáticos, una parodia del verdadero Salvador que sí
cumplió su objetivo y no sólo eso, sino que viene por segunda vez para llevarse
a su iglesia. No vivas engañado por los comics, por las películas de ciencia
ficción, son estrategias del diablo para que no te acerques al verdadero
Salvador que es Jesús. La Biblia dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque
no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
(Hch.4:12). Acércate a Cristo por la fe, recíbelo en tu corazón, ninguno de los
falsos cristos o superhéroes lograrán salvarte de la condenación y la muerte,
ninguno de ellos te dará el perdón de tus pecados y la vida eterna, solamente
Jesús puede hacerlo. Sólo Él, resucitó y dijo: “Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Jn. 11:25).
No hay comentarios:
Publicar un comentario