martes, 9 de junio de 2015

LA FAMILIA BENDECIDA POR DIOS




EN CRISTO TU FAMILIA ESTARÁ SEGURA
La popularidad de una persona no estriba tanto en sus talentos como en su capacidad moral. De nada sirve conocer a un tipo que puede ser inteligente y capaz en alguna disciplina o profesión, pero que lleva una vida inmoral. Lamentablemente en las universidades y centros de estudio superior se dedican a impartir conocimientos, pero no se preocupan por hacerlos hombres honestos, honrados, leales y con principios. Pero es que los mismos maestros, algunos más que otros, llevan una doble moral, dan un mal ejemplo a sus alumnos, son corruptos, mentirosos, lujuriosos y viciosos. Y claro, a uno le dicen: “¿Qué le vas a hacer pues? cada uno es dueño de su vida, lo importante es que rinda como profesional”. Así es como forjamos a muchos buenos profesionales, que son corruptos y que al final saldrán robándole al Estado, o a la empresa privada y terminarán presos. Pero esto no viene desde los centros de estudio superior, esto parte desde el hogar; los malos ejemplos de moralidad los reciben desde niños y gracias a los padres. Un padre que enseña a mentir a su hijo, un padre que enseña a tomar licor a su hijo, un padre adúltero que modela para su hijo, lo más probable es que el niño cuando sea adulto lo imite. Conozco padres que se quejan cuando el hijo sale descarriado: “¡Dios mío! ¿Por qué me ha sucedido esta desgracia? ¿Qué mal he hecho? ¿Qué estoy pagando?” Dice la biblia: “….en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Co. 4:4). Hay gente que comete torpezas en la forma cómo cría a sus hijos y luego cuando estos salen torcidos suelen lamentarse, preguntándole a Dios : “¿por qué me castigas?”, precisamente porque el diablo no quiere que sepas la razón de tu desgracia, es que ha enceguecido tu entendimiento para que sigas tú también perdido y le eches la culpa a terceros, o al sistema, o al gobierno o a perico de los palotes, pero así no puedas entender que el problema está en ti por tu incredulidad, por no aceptar a Dios en tu vida que puede ayudarte y darte sabiduría para que eduques a tus hijos. Y lo peor de todo es que tu mal ejemplo ha de ser reforzado por la infinidad de malos ejemplos que verá tu hijo en su entorno: en el barrio, en el colegio, en la universidad y en la sociedad entera. Es por eso que ahora vemos en las calles una generación de sicarios y gente de mal vivir que salió de hogares disfuncionales donde aprendieron antivalores, gracias a los padres que los promovieron por medio de su mal ejemplo, a causa de no tomar en cuenta a Dios en sus vidas. La pregunta es ¿seguiremos viendo más de lo mismo? Creo que sí, no quiero pecar de pesimista, pero me remito a lo que dice la biblia: “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Ti. 3:2-5). Es claro que la cosa irá empeorando, contrariamente a lo que nos dicen los agnósticos, los filósofos, los científicos sociales, los evolucionistas y todos los ateos que el hombre irá mejorando en su escala evolutiva y se hará más bueno, sucederá a la inversa, se hará peor. En lugar de evolucionar va a involucionar, debido al pecado que subyace en él, y que sólo Cristo puede quitarlo. Dice la biblia: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Ro. 6:23). En verdad todo aquél que practica el pecado tendrá el triste destino eterno de la muerte, todos aquellos padres que no inculcaron en sus hijos los valores del reino de Dios tendrán que ser testigos de la tragedia que cosecharán en sus hijos por su incredulidad. Sin embargo, dice la Palabra que “la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús”, sólo en Cristo encontrarás el regalo de la vida que tú como padre y tu hijo podrán obtener cuando crean en Jesús, y lo acepten como Salvador. No subestimes lo que te estoy diciendo, Dios te ama y ama a tu hijo y a toda tu familia. No la dejes a sus propias expensas, o a expensas del diablo que quiere destruir tu hogar. Es tiempo de mirar a Dios, es tiempo de reconciliarte con Él, acércate a Jesús y ríndele tu corazón y entrégale tu hogar, sólo en las manos de Él tendrá verdadera seguridad: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Stgo. 4:8).

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