domingo, 23 de octubre de 2011

Los hijos de Dios y los del diablo.

"En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo:todo aquèl que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios" (1 Jn.3:10). Si queremos buscar evidencias de una vida de santidad no las busquemos sòlo en la elocuencia de un predicador, ni en la fortuna de aquèllos que se jactan de su gran fe. Si ninguno de estos sabe aplicar la justicia de Dios en sus vidas, ni en su àmbito de relaciòn con los demàs; y si no muestran su cristianismo de servicio y amor desinteresados, no buscando ùnicamente sus propios beneficios,sino de los demàs, entonces es vana palabrerìa la que oìmos, vayamos a buscar a los que practican esta observaciòn que nos da Juan, el apòstol, porque al verdadero seguidor de Cristo se le conoce por sus hechos, como dijo Jesùs: "por sus frutos los conocerèis".

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Una fe diferente