Dentro de unas horas estaremos despidiendo el año viejo y le daremos la bienvenida al año nuevo, pero más que preocuparnos por las celebraciones que este evento conlleva, debemos reflexionar sobre muchas cosas, no necesariamente hay que hacer promesas que no cumpliremos, sino debemos meditar sobre nuestra propia vida, sobre el propósito de nuestra existencia. Te aseguro que no son muchos los que lo hacen, a pocos les interesa la razón de su propia existencia, solamente viven el momento y creen que la vida es sólo diversión y consumo. A los que han endiosado el dinero y se volvieron materialistas, pues es difícil sacarlos de esa condición a menos que realmente haya algo que les permita "reiniciarse". Y pienso que el único que puede hacerlo y darle un giro diferente a su existencia, pues es Dios. Y aunque esto lo hayas escuchado mil veces, si no has tomado un rumbo en ese sentido, es porque simplemente no lo has entendido, sigues en tinieblas y tu condición eterna es de la más lamentable. Aunque tengas que escuchar esto por enésima vez o por última vez, pues te lo digo: arrepiéntete de tus pecados y cree en Jesucristo para que puedas salvar tu alma, todo lo demás que pueda acontecerte por muy importante que te parezca, es irrelevante frente al destino eterno que te toca en caso que rechaces la oferta de salvación. Así que ya lo sabes, asegura tu vida en las manos de Dios y si lo haces de verdad, entonces te puedo desear con el mayor de los ánimos un feliz año, que de seguro en comunión con Él, lo tendrás.
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