viernes, 9 de noviembre de 2012

LOS AMIGOS DE JESUS

Jesús cuando dijo:”Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” (Jn. 15:14-15), estaba deseando orientar el corazón de sus discípulos no a tener una relación fría, ceremoniosa, ausente de gracia, sino quería implantar en ellos, en sus entrañas algo duradero, excitante y que los incline a buscarlo siempre. Creo que Jesús desea ser, aparte de tu Señor y Salvador, tu amigo. La amistad, como alguien la define es “una relación afectiva entre dos o más personas. La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que la mayoría de las personas tiene en la vida.” Si Jesús desea ser tu amigo, pues para hacerlo querrá aterrizar en tu corazón, deseará tener una comunicación familiar contigo, y que su presencia no te cause fastidio. El es puro, y desea que para puedas estar con El, pues deseches toda impureza de tu vida; El quiere verte jubiloso, quiere fortalecerte en tu debilidad, quiere otorgarte su poder y no lo va a escatimar cuando se trata de bendecirte. No estará inmutable frente a tu dolor, no dejará que te consumas en la angustia, y cuando estés exhausto te dará fuerzas renovadas. Extenderá su misericordia sobre ti, para que no seas dañado, así que no te sientas esclavo de nada ni de nadie, porque El es tu libertador. Un amigo edifica, un enemigo destruye. Jesús desea edificarte espiritualmente, pues te tiene en su memoria siempre, está atento a tus necesidades. No quiere que te sientas obligado a amarlo, y si lo rechazas no se esconderá de ti, si lo necesitas y tu corazón clama acudirá pronto en tu auxilio. El mundo es grotesco con El, es grosero, se burla y menosprecia de lo que hizo por la humanidad, pero cuando se sientan empantanados en su propia maldad y se den cuenta de la falacia de sus creencias y argumentos contra El, cuando analicen lo contraproducente de su existencia, clamarán a Dios y lo buscarán como el sediento al agua, y si están lindando con la misma muerte, y sienten la estampa del infierno en sus corazones, cuando perciban que las tinieblas prevalecen en sus vidas, clamarán, insinuarán su nombre, valorarán su gran obra, apelarán a su sangre carmesí, y El escuchará y emergerá la esperanza en sus vidas. Las palabras de un amigo atraviesan el alma, elevan tu autoestima, barrenan tu conciencia, y Jesús que es tu amigo hace todo eso, pero para sacar tu vida a esplendor, para que comprendas la complejidad de tu naturaleza, no tanto para increparte, sino para que te des cuenta de cuál fue tu fatal origen, pero cuál es tu majestuoso futuro con El. Si haz de consolidar amistades procura que la mayor de ellas sea con El, y si necesitas conocer a alguien que ame con ímpetu y limpieza debes conocerlo entonces a El. No desea que tu vida sea un calvario, El lo vivió por ti, no quiere que seas la menudencia del mundo, sino la niña de sus ojos, no quiere que el diablo haga de ti una caricatura, sino que seas un encanto que honre y glorifique su nombre. Los amigos de Jesús, encauzan sus vidas hacia El, enderezan sus pasos para evitar transitar por sendas de oscuridad. Si deseas ser un amigo de Jesús, primero debes tener un encuentro personal con El, debes demoler tu falsa existencia producto de tu propio orgullo que sólo te trajo problemas, debes denigrar el pecado y sacarlo de tu vida. El sabe que no somos perfectos, pero somos perfectibles, y anhelamos ser como El es. Ser un amigo de Jesús te permite delinear una vida llena de aventuras de fe, y contarás siempre con su apoyo y su presencia que es una estancia de quietud y paz gratificante. Sí, yo creo que es bienaventurado el hombre que tiene a Jesús como amigo, es dichoso el hombre que se alimenta de El, y alienta su corazón con sus pensamientos. Entenderá que la gracia y el amor suyos son exuberantes y que siempre convergen en el corazón que lo ama. Te animo a que seas su amigo, que te pongas a su merced, embellecerás tu alma, desearás identificarte siempre con El, su poder carcomerá las asperezas de tu alma, y si te sientes inútil El te hará útil. Lo que maravilla más al gozar de su amistad es que te confirma cada día que eres eterno y que ha determinado que estarás algún día en su presencia, te destornillará de este mundo imperfecto para que estés en su mundo perfecto. Si haz de hacerte famoso, no lo seas aquí en la tierra, sino allá en el cielo donde están los amigos de Jesús. WALTER DELGADO

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JESÚS NO TENÍA COMODIDADES